Los verdiblancos se adelantaron con un gol de Ayoze, pero sufrieron el empate demasiado rápido en un autogol de Bellerín tras un despeje de Claudio Bravo
Empate justo para un Betis que no tuvo la clarividencia, y la intensidad, necesaria durante el segundo periodo para haber opositado a algo más en su visita a un Alavés que tampoco tuvo la valentía suficiente, a pesar de estar al calor de los suyos, para haber arriesgado en busca de esos tres puntos. La segunda mitad, a pesar del ir y venir de ambas escuadras, evidenció que tanto a unos como a otros les iba bien con marcharse al parón de selecciones nacionales con ese punto que les concede el acta antes de comenzar a pelear por los tres que se ponen en juego.
No fue un Betis brillante el que compareció en Mendizorroza. Los hombres de Manuel Pellegrini tuvieron una primera algo más osada, en la que se movían casi siempre cerca de Sivera y en la que sólo sufrían en las acciones con el balón parado y también en algún contragolpe, principalmente los protagonizados por el lateral izquierdo Javi López por su costado y en alguno del rumano Hagi.
Pero el Betis, a los puntos, sí había sido algo mejor en ese primer acto y fue una pena que no pudiera consolidar la ventaja que le dio el oportunismo de Ayoze al aprovechar un error de Sivera en un disparo centrado de Guido Rodríguez (32′). Por ahí se pudo partir el litigio en beneficio de los verdiblancos, pero duró tan poco la ventaja que no pudo ser manejada con sapiencia por la tropa de Pellegrini. Apenas tres minutos transcurrieron desde el tanto forastero y esa falta que puso en el área Hagi para el remate en semifallo de Kike García, el despeje apurado de Claudio Bravo y la desgracia del balón rebotado en Bellerín para que todo se volviera a igualar (35′).
Al Betis se le había escapado la opción de haber consolidado su mayor calidad sobre el césped y el resto ya no sería igual. Una de las razones iba a ser la salida de un Guido Rodríguez que pareció tocado al finalizar el primer periodo y que vio una tarjeta amarilla que lo obligará a descansar después de su presencia con la selección argentina, si es que no sufrió ningún problema físico, claro. El medio centro es una pieza clave en el esquema de Pellegrini, el elemento que le da seguridad a todos los demás y los suyos se resintieron en ese sentido a la hora de tomar más riesgos en el ataque.
Pellegrini situó a Marc Roca como único medio centro con William Carvalho en el escalón superior para enlazar con Isco. El balón era dominado con comodidad por los béticos, pero para ello era necesario que lo tuvieran y no fue así. ¿La razón? Fácil, el agujero que se originaba en la presión por el centro con el malagueño y el portugués. Ambos aportaban para la suma, pero para la resta se veía demasiado solo Marc Roca y el Betis dejó de tener el balón en zonas conflictivas para el rival, sólo disponía de ella en donde el Alavés lo dejaba maniobrar, que era demasiado lejos de Sivera.
Sólo en una ocasión pudo originarse un desequilibrio por la zona de Assane Diao en esta segunda mitad, pero el joven futbolista trató de buscar un doble regate en lugar de apostar por un remate rápido y eso le quitó todo el peligro a la jugada. Hubiera sido prácticamente la primera llegada en este segundo acto, porque en el archivo de word del cronista no figura ni un solo acercamiento peligroso desde que se produjera el cambio de William Carvalho por Guido Rodríguez, o lo que es lo mismo, desde el descanso.
Sí tuvo el Betis algunas opciones de haber anotado en el primer periodo, cuando el equipo pareció mucho más equilibrado con el dúo Guido Rodríguez-Marc Roca guardándole las espaldas a Isco en la creación, mientras que Assane trataba de prolongar su racha goleadora por la derecha y Rodri era el elemento más punzante por la izquierda. Ayoze ejercía de delantero centro, aunque no se mueva con un concepto similar en su desempeño al de los ‘nueve’ habituales.
Atrás Chadi acompañaba a Pezzella y cuajaba un partido más que aseado con la excepción de la jugada del empate, cuando Kike García le ganó las espaldas para su remate previo al despeje de Claudio Bravo y el autogol de Bellerín. En los laterales, el catalán y Abner tenían momentos mejores y también más discretos al permitir más internadas de la cuenta.
Pero el Betis había sido capaz de soportar las percusiones de los vitorianos y la mejor ocasión le perteneció a Rodri en un balón directo de Claudio Bravo. El extremeño controló el saque largo y se acomodó el balón para su derecha. El disparo se estrelló en el poste y por ahí se esfumó la primera ocasión clara de los béticos (24′). La segunda, aparte del gol inicial por supuesto, llegaría ya en el filo del intermedio y le correspondió a Ayoze, pero Sivera le sacó el balón con el pie (46’+).
Por medio se producirían los dos goles ya reseñados en un breve intervalo de tiempo de apenas tres minutos (32′ y 35′). También el Alavés tuvo sus llegadas, claro que sí, pero ninguna fue, por ejemplo, tan diáfana como la que gozó Rodri. Si acaso, un disparo de Kike García arriba a quemarropa tras mal rechazo de Claudio Bravo (18′).
Sí hubo muchas más situaciones en el primer periodo que en el segundo en el que no se produjeron llegadas de verdad ni por parte de unos ni de otros. La acción más llamativa llegaría en la prolongación con la tarjeta roja a Willian José que levanta la pierna para golpear a Sedlar, aunque fue juzgado tal vez con exceso de severidad por parte de Hernández Hernández. De cualquier forma, ya no queda tiempo para mucho más y todo se finiquitaba con ese empate a uno que no dejó insatisfechos ni a unos ni a otros a tenor de lo que habían expuesto sobre el césped. Al Betis le faltó correr más riesgos, al Alavés carecer de la calidad individual de los rivales, así que apretón de manos tras la igualada y a pensar en la próxima cita contra el Getafe después del parón.
/DiarioSevilla
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