Para que no se les olvide: este Berizzo es el mismo Berizzo del mes pasado

Después de la derrota por las clasificatorias, si uno quería recibir una ola de aplausos en redes sociales, nada mejor que escribir pidiendo la salida del entrenador nacional. Hoy, con la sub 23 clasificada a la final de los Juegos Panamericanos hablar bien de Berizzo es lo que está de moda. Los que opinaban antes y opinan ahora son los mismos, tanto a nivel de hinchas como de comentaristas

Uno de los mejores maestros del periodismo chileno, el gran Tito París, me decía cuando yo recién comenzaba a trabajar en esos tiempos de oro del diario La Tercera: “no es labor ni potestad de un periodista echar o poner a un entrenador, ya sea en un club o en una selección”.

Y agregaba: “pero si es labor – y más que eso- es obligación del periodista, analizar con todos los elementos a mano si ese entrenador es la persona indicada, en el lugar adecuado”.

Siguiendo esa enseñanza que no se me olvidó nunca, quiero analizar la situación de Eduardo Berizzo, el hasta ayer tan cuestionado director técnico de la selección chilena, cuya opción de continuar al mando de la Roja, si aplicábamos por ejemplo, su situación después de la pasada fecha FIFA, le hubiera dado un porcentaje ínfimo de posibilidades de mantenerse en el cargo. Para obtener más información sobre las posibilidades de que permanezca en el equipo puedes usar el  codigo promocional novibet .

Después de la amarga y dolorosa derrota ante Venezuela, nada más populista e ideal para llenarse de “likes” en ese momento, que pedir a voz en cuello la salida del entrenador y exigir su reemplazo, ya sea por Quinteros, Gareca y los otros nombres que andan dando vuelta en el imaginario colectivo.

Esta situación es muy parecida a la que se dio en un momento con Reinaldo Rueda y que se va a seguir dando en un país lleno de “viudas” de Bielsa, que no se dan cuenta, como le sucedía a Penélope, que el tiempo pasa y las situaciones y las personas cambian: en apariencia, en físico e incluso en actitud.

¿Qué quiero decir con esto?…que lo primero para hacer un análisis serio y objetivo es olvidarse de una vez por todas de esa selección a la que se llamó Generación Dorada y que ganó dos Copas Américas para Chile. Porque “los muchachos de antes, ya no son los mismos” y por lo tanto ni el propio Bielsa, ni Sampaoli e incluso hasta Guardiola podrían sacarle un rendimiento similar al de esos años.

Hay que arar con los bueyes que hoy tenemos.

Hecha esa introducción, entramos a analizar si es Eduardo Berizzo el arriero indicado para conducir esta carreta que se llama selección chilena.

LO DEL PASADO INMEDIATO, EL PARTIDO CON VENEZUELA

Se cometieron errores muy graves, que derivaron en ese lapidario 3-0 ante la “vino tinto”.

Pero, ojo, que la mayoría de ellos fueron responsabilidades exclusivas de los jugadores y no hay técnico en el mundo que hubiera podido evitarlO.

En lo personal, me detengo en tres situaciones claves:

• El gol que se pierde Charles Aránguiz. Pocos han reparado en aquello, pero esa jugada se produjo en un momento del partido en que Chile jugaba muy bien y le entraba por todos lados a la defensa venezolana. Creo (es especulación, por cierto), que si esa pelota entraba la Roja perfectamente se hubiera ido ganando con una diferencia tranquilizadora al descanso. Porque perfectamente habrían caído dos o más goles en lo que restaba del primer tiempo. Pero, la pelota no entró. Porque “El Príncipe” le pegó mal, casi con la canilla y su remate se fue muy ancho, estando el arco rival casi desguarnecido.
• El gol que regala Paulo Diaz. Porque se jugaban los minutos de descuento del primer tiempo y el empate ya era un resultado injusto para La Roja. Ni hablar de lo que significó irse 0-1 abajo con ese gol de Soteldo, aprovechando una pelota que le cayó del cielo. Porque, estando sólo y sin apremio alguno el central de River Plate quiso salir jugando con Echeverría, patinó un poco en el césped y le dejó el balón servido a los venezolanos.
• Obviamente, el peor error de todos: la expulsión de Marcelino Núñez. Porque Chile perfectamente podía dar vuelta el partido en el segundo tiempo. Sin embargo, al quedar con diez jugadores, todo se derrumbó y el 1-0 se transformó finalmente en un 3-0, que incluso pudo ser mayor.

Antes de seguiR, quiero hacer hincapié en algo: esos errores puntuales no son causales para lapidar para toda la vida a los mencionados jugadores. Porque ya se han levantado voces pidiendo que tanto ellos (como otros) no pueden volver a ser llamados a integrar la selección nacional.

Por favor. Charles Aránguiz naturalmente no es el mismo de sus primeros años en Alemania, pero sigue estando plenamente vigente. No en vano es titular en uno de los mejores equipos de Brasil y del continente, como es el Inter de Porto Alegre. Jubilarlo anticipadamente es una aberración. Lo mismo rige para Gary Medel (otro de los apuntados por los populistas de siempre) que es figura y capitán en el Vasco da Gama.

Lo de Paulo Diaz, no admite siquiera discusión. Por mucho que aquí en Chile no le reconozcan sus méritos, ya lo han dicho varios comentaristas argentinos, entre ellos Diego Latorre, para mi hoy por el mejor analista de fútbol del continente: “River Plate debe darse con una piedra en el pecho por tener en sus filas a un defensa central de tanta categoría, que perfectamente podría ser titular en cualquier equipo grande de Europa”. ¿Un jugador de tanta jerarquía no puede jugar en Chile? ¿De qué me están hablando?.

Y Marcelino Núñez es un caso muy especial. Seguramente, desde que se fue anticipadamente a los vestuarios hasta las largas horas de vuelo en el viaje de regreso a Inglaterra, tiene que haberse preguntado porqué hizo lo que hizo. Lo más probable es que no encuentre respuestas. Pero si puede encontrar una gran enseñanza para seguir madurando y creciendo como jugador. Porque aún tiene un inmenso futuro por delante.

LOS ERRORES DE BERIZZO

Que también los cometió en ese partido para el olvido y que indudablemente influyeron en el resultado.

Parto, en todo caso, por señalar lo positivo. Como lo fue el arriesgarse a incluir a un debutante en un partido de clasificatorias. Es el caso de Felipe Loyola, que le respondió plenamente y hasta pudo convertir un gol que seguramente hubiera cambiado el trámite del partido.

Hay que reconocer, además, que el partido inicialmente fue bien planteado. Chile se adueñó de la pelota, llevó al descontrol a los venezolanos, que gracias a la permisividad del árbitro trataron de contrarrestar su inferioridad solamente en base a golpes y patadas.

Esa media hora inicial de la selección chilena fue muy buena, sólo le faltó el gol que ´pienso hubiera caído por su propio peso, de no producirse la infortunada lesión de Diego Valdés.

Y aquí se equivocó feo el Toto Berizzo. Porque no hay razón alguna que justifique el que haya ingresado Diego Osorio. Si a un entrenador hay que juzgarlo por los cambios que hace cuando la mano viene mala, el técnico chileno, en ese aspecto, sin duda que sale reprobado.

¿Por qué tomo esa decisión? La verdad es que cuesta entenderlo. Especialmente, porque tenía otras opciones en el banco, como por ejemplo, el “Monito” Aravena, el propio Marcelino Núñez y hasta Victor Dávila.

El otro error, a mi juicio también grave, de Berizzo es la forma como plantea el partido después de la expulsión de Nuñez. En ese momento Chile perdía y aunque se le pongan los pelos de punta a los “bielsistas”, lo que había que hacer era aguantar el 0-1 en contra.

Esto, tomando en cuenta que por lo general en estas clasificatorias largas la diferencia de gol puede significar ir o no ir al Mundial.

Chile siguió jugando como si no estuviera con un jugador menos en la cancha, siguió atacando o tratando de atacar y terminó por suicidarse. Porque Batista, el entrenador de Venezuela, inteligentemente le cedió el terreno al rival y lo mató de contragolpe. Situación en lo que quedó de manifiesto la lentitud de la zaga chilena en comparación con la velocidad de Soteldo y compañía.

 

LO DEL PRESENTE: LOS JUEGOS PANAMERICANOS

Para muchos – y no dejan de tener razón- perder 0-3 en Venezuela es un resultado “saca técnicos”.

Sin embargo, en este caso, las circunstancias le dieron una mano a Berizzo.

Habiendo sido elegido para que dirigiera también la selección sub 23 en los Juegos Panamericanos, era imposible pretender hacer un cambio a pocos días del inicio del gran certamen continental.

Por lo mismo, esta fue la oportunidad precisa que recibió el entrenador para intentar revertir la mala situación en que actualmente se encuentra.

Y la aprovechó a la perfección

Porque La Roja sub 23 ha tenido un rendimiento – en juego y resultados- que ha dejado satisfecho incluso a los críticos más exigentes.

Llegando a disputar el oro, con cuatro partidos jugados, cuatro ganados y sin ningún gol en contra

Pero, más allá de esos excelentes resultados, los Juegos se han prestado para ver algunos jugadores que pueden integrarse desde ya a la selección adulta.

Estamos hablando, entre otros de Damián Pizarro, que mientras no se pueda contar con la nacionalidad de Fernando Zampedri o de Rodrigo Holgado, es el único “9” que puede llenar perfectamente el principal déficit que tiene la selección chilena: la falta de un delantero centro, un ariete, un hombre de área. Es cierto que no ha convertido un solo gol en los Juegos, pero ha sido un jugador importantísimo para desarmar a las defensas rivales.

Pero no es sólo el delantero de Colo Colo el que ha tenido la oportunidad de mostrarse en el exigente nivel de competencia. Otros como Alexander Aravena, César Fuentes y Matías Zaldivia, por ejemplo, ratificaron que son jugadores más que confiables pensando en la selección mayor.

Han aparecido además jugadores jóvenes de mucha proyección, como César Pérez, Julián Alfaro, Alfred Canales, Jonathan Villagra y Maximiliano Guerrero, por nombrar algunos.

Chile puede ganar el oro o puede quedarse con la medalla de plata.

En ambos casos, misión cumplida.

Y en ambos casos, también con el mismo entrenador que hasta hace poco era denostado y hoy es alabado.

EL FUTURO: LA ÚLTIMA FECHA CLASIFICATORIA DEL 2023

Lo anterior ojalá se entienda. Especialmente por parte de la masa que se escuda detrás de las redes sociales para insultar y destrozar a un profesional, sin importarle para nada que detrás suyo hay una persona y una familia.

Digo esto, porque a la vuelta de la esquina viene la fecha clasificatoria de noviembre, la última del año en curso, donde Chile debe enfrentar como local a Paraguay y como visita a Ecuador.

Está claro Eduardo Berizzo en esos partidos volverá a jugarse la continuidad en el cargo. Porque la mente es frágil y si no cumple mínima exigencia de sacar tres puntos (ganándole a los paraguayos) y ojalá cuatro (rescatando al menos un empate en Quito), todos se olvidarán de lo hecho en los Juegos Panamericanos.

Lo único que pido, al cerrar este comentario, es que no volvamos a cometer el mismo error que se cometió con Reinaldo Rueda. Por cortarle la cabeza anticipadamente, sometiéndose al yugo de los cibernautas, los dirigentes de la ANFP hicieron un cambio que sólo terminó por consumar la eliminación para el Mundial de Qatar.

Y ojo que no estoy responsabilizando a Martín Lasarte. Porque la suerte estaba echada desde hace tiempo

Simplemente, soy de los que pienso que los procesos que se inician deben terminar a su tiempo. Y no cuando lo determina el populismo, que finalmente a nada bueno conduce.

Por Gerardo Ayala Pizarro