El Betis, fiel a su historia cuando juega en el Viejo Continente, cayó en casa ante el Rangers y, pese a depender de sí mismo, quedó eliminado de la Europa League
La historia del Betis en competiciones europeas ha vivido este jueves una nueva decepción. A noches como aquélla ante el Steaua de Bucarest, con Nicolita como héroe, le siguieron luego otras como la del Rennes, más reciente, y la de esta noche ante el Rangers.
Un ridículo más de los verdiblancos cuando salen a jugar por el Viejo Continente. Y más, esta vez, en la que dependían de sí mismos para ser primeros de grupo, pero el Rangers aprovechó la fragilidad defensiva de los de Pellegrini para conseguir una justa victoria ante un cuadro heliopolitano que firmó una decepcionante noche europea. Otra más.
El Betis saltó con su habitual dibujo, el 4-2-3-1 con la variante a la hora de defender del 4-4-2, y enfrente, un Rangers bien plantado también con un doble pivote formado por Lundstram y Cifuentes con Lammers por delante, Sima y McCausland en las bandas y Dessers como hombre más adelantado. Y tras unos minutos de tanteo, las mejores sensaciones fueron del cuadro escocés, cuya superioridad en la medular, en físico y por acumulación de hombres a la espalda de Guardado y William Carvalho, hizo que el cuadro de Pellegrini sufriera muchísimo en defensa. De hecho, fue el equipo de Philippe Clement el que inauguró el marcador (10′) por medio de Sima. Mala salida del balón de los verdiblancos, la pelota le llega a McCausland, éste mete un pase a Dessers, que se la deja a su compañero para que bata por bajo y con la pierna derecha a Rui Silva.
Pero a pesar del golpe sufrido, el conjunto de la Palmera reaccionó muy bien y si atrás no se mostraba nada fiable, arriba sí generaba mucho peligro por medio de un Miranda que fue un filón por el carril izquierdo. El lateral verdiblanco empató el choque a poco de cumplirse el primer cuarto de hora de partido (14′) tras una buena dejada de Borja Iglesias, quien el resto de la primera mitad estuvo bastante gris.
Los mejores minutos del Betis
Con la igualada en el marcador llegaron los mejores minutos del Betis, con un Isco que tomó las riendas para mostrar su calidad, y un Miranda que siguió subiendo una y otra vez con centros que no encontraron rematador y otros que sí, como ocurrió en el caso de Bellerín, que obligó a Butland a realizar una gran parada. A continuación llegó un zapatazo de Guardado, desde la frontal, al travesaño en un acoso constante de los de Pellegrini, que cuando mejor estaban recibieron el segundo, fruto de esa fragilidad de mediocampo hacia atrás.
Dessers, tras dejar en el suelo a Marc Roca y Pezzella, batió por bajo a Rui Silva (20′) culminando una buena acción del Rangers que comenzó en un saque de banda de Barisic, que continuó el goleador azulón con una dejada de cabeza a Cifuentes, que le devolvió la pelota a su compañero para finiquitar con calidad al cuadro verdiblanco. El 1-2 dejó al Betis tocado ante un Rangers que se imponía en el centro del campo para generar aprovechando los espacios entre la zaga y el doble pivote bético. Pero siguió la tónica y el equipo heliopolitano arriba demostró una vez más su calidad y pegada y así llegó la igualada con un sensacional gol de Ayoze tras una buena recuperación y posterior dejada de Isco (37′).
Con el 2-2, el Rangers no bajó los brazos y metió el miedo en el cuerpo al Betis por medio de Sima, que a punto estuvo de hacer el tercero de su equipo en una acción en la que finalmente el colegiado decretó fuera de juego. Alivio para un equipo verdiblanco al descanso en un partido con un vaivén continuo de sensaciones en el juego y movimientos en el marcador en el Villamarín, con un ojo también mirando a lo que pasaba en Limasol.
Mejor presión tras el descanso
A la vuelta de la caseta empezó algo mejor el Betis, con las líneas algo más juntas y mejor en la presión. De hecho pudo adelantarse en el marcador en un remate de cabeza de Assane, en un saque de esquina, al travesaño (49′). Pero todo fue un espejismo, el Rangers estaba muy vivo y a la contra generaba peligro. Sobre todo, tras los cambios de ataque introducidos por Philippe Clement. Y en un saque de esquina, con el Betis de nuevo nada contundente y mal en las marcas, acabó haciendo el 2-3 por medio de Roofe (78′), después de que el colegiado le anulara a los anfitriones un tanto por mano de Ayoze.
El 2-3 hizo que los nervios aparecieran más en un Betis a cuyos jugadores, como a Isco, ya les pesaban las piernas por el cansancio. Así, ninguna llegada clara ni en el tiempo de alargue, salvo un intento de remate de Pezzella bien sacado por Butland. Ni los cambios de ataque le surtieron efecto a un cuadro verdiblanco que se llevó el premio de consolación: jugar la Conference League.
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