Podrá argumentarse que los peruanos llegaron una vez y fue gol. Y que La Roja dominó todo el partido y tuvo las mejores oportunidades para convertir. Pero no la embocó y terminó perdiendo ante el que se supone es el rival más débil del grupo
La forma como se planteó inicialmente el partido no sorprendió a nadie. Porque Guillermo del Solar había anticipado que Perú enfrentará estos Preolímpicos sin mayores aspiraciones de clasificar y con un equipo muy joven (promedio 18 años y un poquito más) que se espera le de muchas satisfacciones al fútbol incaico en el futuro.
Lo de Chile, en cambio, es muy diferente. Salvo Darío Osorio que no fue autorizado a viajar desde Dinamarca y algunas marginaciones por decisión técnica, Nicolás Cordova llevo a Venezuela lo mejor que tiene.
Incluso, en algunos puestos con dos jugadores de muy similar y buen nivel. Como es el caso de Luciano Arriagada y Valentín Vidal,que ingresaron como titulares dejando en el banco nada menos que a Damian Pizarro y Jonathan Villagra. Tampoco comenzó jugando Alexander Aravena, pero en su caso fue por problemas físicos que le impidieron trabajar con normalidad en los días previos al partido.
Bajo estos antecedentes, era presumible que Perú le iba a ceder la cancha a Chile, agrupando mucha gente cerca del arco de Diego Romero y planteando dos líneas de cuatro que buscaban impedirle jugar con libertad a los volantes chilenos, todos de buen pie, pero muy marcados como para poder crear fútbol.
Si a esto le agregamos el intenso calor que hace en esta época del año en Valencia, Venezuela, el partido se hizo de trámite lento.
Con una selección chilena buscando con remates de distancia (uno de Lucas Assadi y otro de Lucas Cepeda – en este caso de tiro libre) la forma de romper la compacta defensa peruana se fue yendo el primer tiempo, claramente de más a menos.
Con un remate alto de Assadi y un cabezazo de César Pérez, ambos desde muy buena posición, se fue una primera etapa que pasó sin pena ni gloria.
Chile intentanto, pero con muy poca claridad. Y Perú, salvo en los primeros minutos buscando claramente aguantar el cero y sin ninguna intención de arriesgarse buscando el arco de Vicente Reyes, que no tuvo ninguna opoprtunidad para mostrarse ante un público chileno que mayormente no lo conoce.
Sin cambios de nombres, pero con una mejor actitud salió Chile a jugar el segundo tiempo.
Más movilidad de los volantes para sacarse de encima las marcas y adelantamiento de los laterales para crear el 2-1 por ambos costados.
Así, antes de los 5 minutos hubo dos llegadas claras de gol: un cabezazo de Vidal que Arriagada no alcanzó a conectar en el segundo palo y una volea de Assadi que tapó muy bien el buen arquerito Romero.
Luego, con el ingreso de Gonzalo Tapia y Damián Pizarro y una jugada entre ambos que pudo terminar en la red, prendió una luz de esperanza en la selección chilena.
Sin embargo, casi de inmediato, inesperadamente y una jugada individual de Flores, cayó el primer gol…pero en el arco de Chile.
Y de ahi en más, una situación repetida a cada rato: un jugador peruano en el suelo, haciendo tiempo, dejando pasar los minutos para concretar un resultado que ni ellos mismos esperaban.
Se pudo empatar en dos cabezazos de Tapia y Vidal, pero hubiera cambiado el resultado no así la decepción de haber visto más de lo mismo.
Una selección chilena – da lo mismo la edad- que aparentemente tiene jugadores para hacer buen fútbol, pero que se va enredadno de a poco y que nunca encuentra el gol.
Tal vez porque decididamente no lo tiene.
Por eso perdió ante el rival más débil del grupo e hipotecó -recién jugada la primera fecha- casi todas las opciones para clasificar a la segunda ronda del Preolímpico.
Como decía el poeta: Nunca es triste la verdad…lo que no tiene es remedio
/por Gerardo Ayala Pizarro. Fotos: twitter selecciones de Perú y Chile
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