Los dos goles en el último minuto y en el descuento, uno de Ferran y otro de Joao Félix, sellaron una gran victoria con carácter y sufrimiento
El Barça demostró ante el Betis que esta temporada se puede ser positivo, aunque no en todo momento. Estuvo a punto de tirar un partido que tenía ganado y bien ganado al inicio de la segunda parte dejándose remontar un marcador encarado en apenas cinco minutos. Lo supo arreglar con carácter atacante. El triunfo (2-4) le sirve de mucho, más aún después de la escandalosa victoria del Madrid ante el Almería. Entre Lamine, Ferran Torres, con un ‘hat trick’ espectacular, y Joao Félix, con un tanto saliendo al campo a la desesperada, entregaron tres puntos en el tramo final del partido cruciales para LaLiga.
Después de una primera parte imponente, y con estilo, una inexplicable desconexión, una más, condenó al Barça a buscar soluciones ‘in extremis’. Un entraño fenómeno que ni el técnico sabe por qué sucede. Un bajón, una pájara, que contrastó con el buen rendimiento y el juego vivaz de inicio y que le obliga a acabar los tramos de los partidos en la emergencia, marcando la mitad de los goles que tiene. Esta vez, sin embargo, el buen carácter del equipo, empujado por el portentoso espíritu de Ferran dio alas al equipo.
Después de reivindicar ante la prensa su decidida apuesta por la cantera y la juventud y condicionado por las numerosas bajas del equipo, Xavi alineó un Barça con cuatro de la casa, dos de ellos de 16 años, Lamine Yamal y Cubarsí, y una defensa de 21 de media. El extremo es una realidad para el técnico y el central, que debutó en la Copa y cumple este lunes los 17, le da mucha confianza. Atrevido pues, Xavi dio la alineación cuando el Real Madrid iba perdiendo Se la jugó y le salió de lujo. El reto azulgrana de tumbar el fortín del Villamarín, donde los locales no han perdido en 10 jornadas, se cumplió.
La vuelta de Pedri y su asociación con Gündogan y De Jong va cambiando la cara al equipo azulgrana. Si a tanta porción de calidad y control del juego, Lamine Yamal le pone magia, Ferran Torres eficacia y el resto atención defensiva, el resultado es un Barça portentoso y autoritario, convincente. Tardó veinte minutos en demostrar que la fórmula tenía las dosis adecuadas.
Antes, el Betis dio un buen susto a los azulgrana con un buena pase interior de Isco a Luiz Henrique. Su vaselina se perdió por encima del larguero. El Barça replicó con una jugada similar con el mismo resultado para Pedri. Y fue entonces cuando los de Xavi abrazaron por fin el gol. Producto de un rebote cuando Gúndogan trataba de dar un pase orientado, el balón golpeó en un defensa y se convirtió en una magnífica asistencia a Pedri. Viendo la incursión desde la izquierda de Ferran, le asistió para que rematase con suavidad. El ex del City celebró el segundo tanto consecutivo y el noveno de la temporada que le llega cumpliendo los 100 partidos. Habían pasado veinte minutos
El convencimiento azulgrana continuó. Masticaban y maduraban cada acción esperando su momento. El centro del campo le ponía clarividencia apoyándose en las bandas más que en un Lewandowski impreciso. Lamine era autosuficiente, marcándose jugadas gran reserva. Slaloms veloces, regates, recortes, recuperaciones, un espléndido catálogo de recursos que evidenciaron su candidatura a la titularidad. Mandó el esférico al poste en una de estas jugadas. Con un tipo así en ataque, el Barça se siente capaz de todo. Una ruleta suya propició un segundo gol que el colegiado, ayudado por el VAR anuló por fuera de juego de Lewandowski. Al Barça sólo le faltó rematar la primera parte para dar tranquilidad a un Xavi siempre de pie en el área técnica. Pero para eso estaba el joven canterano.
El intento de Pellegrini de arreglar el encuentro, dando entrada a Fekir y Borja Iglesias, duró en apariencia tres minutos, los que Lamine Yamal destinó a fabricar otra brutal incursión. Utilizó una bicicleta para sacudirse la presión de Abner. Su centro golpeó en el poste para que Ferran Torres, siempre con la caña a punto, empalmase a gol. Xavi exigía un 0-2 y ya lo tenía.
El problema vino después. Como sucede otras tantas veces, el Barça se desconectó, se desenchufó, dando vida a un equipo visiblemente inferior y con el público silbando su juego. En apenas cinco minutos, el desastre absoluto. Del 54’ con Koundé sacando a la desesperada un gol bajo palos se pasó al 1-2 en el 56’ y al empate 2-2- en el 59’. Todo lo que habían hecho antes, todo lo bien que habían jugado, se esfumó en un suspiro. El técnico no daba crédito. Los jugadores, también.
Desesperado, el técnico reaccionó retirando a Lewandowski y ofreciendo a Vitor Roque su momento. El escenario no cambió. Crecido, con una grada volcada enloquecida con Isco, el Betis se adueñó del encuentro, al menos anímicamente. Sus aproximaciones eran venosas, con Johnny y Luiz Henrique disparando una y otra vez. El Barça iba haciendo, sobre todo por la iluminación de Lamine.
Espoleado por el empate, el Betis se fue a por la victoria y cometió la victoria de desguarnecerse su portería. En una contra Joao marcó y después Ferrán cerró el partido y su mejor actuación con su tercer tanto.
/Escrito por Gabriel Sanz para Mundo Deportivo
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