Pregunta para el lector: ¿qué cambió de una fecha a otra de las Eliminatorias para el señor del banco para Argentina? Naturalmente nos referimos a Lionel Scaloni, quien lleva el timón de este equipo invicto. Respuesta: vivió el partido con una tranquilidad (quizá la procesión fue por dentro, no lo sabemos), al menos bastante contrastante respecto del choque ante Paraguay en la Bombonera, eléctrico y estresante por cierto.
Para muestra, dos botones: a los 16’, primer gol, el de “su pollo” Nicolás González, el DT, como sabiendo que se venía la apertura, apenas le dio un sorbo al agua mineral. Y a los 27’, en el de Lautaro, el que metió “puño” fue Aimar, el deté, otra vez con botella en mano, se paró para dar una indicación. Tranqui.
Evidentemente la procesión iba por dentro, por una cuestión familiar que Scaloni no aclaró pero resultó lo suficientemente importante como para dedicarle el triunfo a los suyos: “Primero, quiero dedicarle el triunfo a mi esposa y mis (dos) hijos, pasamos una semana muy difícil, espero lo disfruten a este triunfo”.
El festejo del 1-0- (Reuter)
Luego de ofrecer el triunfo a sus seres más queridos, el ex jugador de la Selección apunto al todo cuando le preguntaron por una particularidad: ¿quién fue la figura? “Los puntos altos del equipo es el equipo. Damos esa sensación, somos un rival difícil. Cuando hay que ponerse el overol, este equipos se lo pone. Vinimos a jugar en una cancha muy difícil, ante un rival necesitado. Creo que fuimos justos vencedores”.
Scaloni podría haber sacado pecho para, quizá, su máximo acierto en estos dos partidos, Nicolás González, autor de un gol ante Paraguay y el primero anoche, pero se lo guardó.
Porque siguió destacando el grupo por encima de las individualidades o sus aciertos. “El partido fue casi todo nuestro más allá de que en algunos momentos el rival también jugó. Entendemos que los rivales son difíciles, cualquiera le gana a cualquiera en estas Eliminatorias. Nosotros intentamos que nos vean una selección difícil. En ningún momento nos sentimos superados”. Tiene razón.
/Fuente: Olé de Buenos Aires
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