La imperiosa necesidad de ganar para seguir con vida le había jugado una muy mala pasada en el primer tiempo a Messi y compañía. Hasta que el «10» metió un zurdazo bárbaro que derrotó a Ochoa cuando ya se jugaban 63´del segundo tiempo y en cl cierre, un golazo de Fernández puso el 2-0
Scaloni metió cinco cambios para enfrentar este partido, que sin duda para los trasandinos era la «final» inesperada del Miundial.
El Tata Martino, respondió con una formación sin centrodelantero y con un medio campo de contención muy poblado. Buscando enredar a un Argentina que de por sí estaba enredada desde el primer minuto.
Porque alguien diré: «Pero como, si juegan en los mejores equipos del mundo. Disputan finales, Champions. ¿Cómo van a estar nerviosos?
Si, pero no se olviden que son humanos. Y que este es un Mundial. Que se puede terminar hoy para un equipo que llegó a Qatar para ganar la Copa del Mundo.
Y esa presión la sintió – y mucho- Argentina en el primer tiempo.
Por eso, el primer tiempo fue áspero por donde lo miren. México tenía claro que ante la duda iba a cortar con foul. Y a veces al límite de la tarjeta anaranjada.
Y Argentina, esta tensionada Argentina, no tuvo las armas para romper ese esquema. Mucho juego lateral, intento sorprender con la subida sin sorpresa de Montiel.
Sin variantes que rompieran la línea del medio. De hecho, recién a los 38, Mac Allister se metió en el partido, armó una buena combinación para salir por la izquierda que luego Messi intentó aprovechar con De Paul pero se frustró.
No fue un gran mejoría pero fue una señal, al término del primer tiempo, de querer dejar la intrascendencia del toque lateral.
HASTA QUE APARECIÓ MESSI
Buscando, intentando, pidiendo la pelota, sin claridad, es verdad, pero poniendo esa actitud que tanto se le ha criticado en los partidos decisivos. Intentando echarse el equipo al hombro, buscando jugarse la personal, tratando desequilibrar. Ejecutando un tiro libre comenzando el segundo tiempo, que fue la primera señal de acercamiento, aunque la pelota pasara lejos del arco de Ochoa.
Y poco a poco, México ya no defendía con dos líneas de cuatro, no eran los 10 jugadores de campo metidos en su zona.
Única forma de penetrar en ese muro verde era a través de genialidad.
Y Messi es un genio. Porque tuvo una, la única con algo de espacio y clavó la pelota abajo, en un rincón lejano del arco de Ochoa. Un zurdazo impresionante desde fuera del área para quebrar la resistencia mexicana.
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OTRO PARTIDO
Porque obviamente a México ya le resultaba hasta absurdo seguir defendiendo el resultado. El Tata Martino reacción con algunos cambios para darle un cariz más ofensivo a su equipo que salió a buscar el empate.
No con mucha convicción, pero al menos adelantándose en la cancha y buscando acercarse al arco de Dibu Martínez.
Lo que por razones obvias lo llevaba a dejar más espacios en esa defensa que hasta cinco minutos atrás parecía inexpugnable.
Además, como justo antes del gol, Scaloni había mandado a la cancha a Julián Álvarez, Fernández, Molina y Palacios, especialmente con la velocidad del joven ex delantero de River Plate tuvo espacios para tratar de liquidar el partido por medio de la contra
UN GOLAZO PARA CERRAR EL PARTIDO
Los argentinos, quiéranlo o no, miraban el reloj a cada momento. Porque si bien México nunca creó una situación clara de gol, la ventaja mínima nunca es tranquilizadora.
Especialmente cuando se sucedían los centros para lucimiento de los centrales Otamendi y Rodríguez y especialmente para las manos seguras del arquero Martínez. Pero…y ¿si los mexicanos lograban ganar en alguna?
Por eso, el golazo de Enzo Fernández trajo la tranquilidad y el desahogo. El volante nacido también en River Plate y hoy figura del Benfica, recibió un córner corto, levantó la visa y metió un bombazo que entró lejos de la volada de Ochoa.
Luego, el final, los festejos, el desahogo tan necesario.
Había que ganar y se gano.
Que el equipo no jugó bien, que en el primer tiempo especialmente se enredó en demasía, que en sus momentos más brillantes no alcanzó a ser brillante.
Todo eso es cierto. También que por ahora se ve lejos de la potencia que han mostrado, por ejemplo, Brasil, España y Francia.
Sin embargo, en este momento, para los argentinos lo único que cuenta es que los tres puntos están en el bolsillo. Y que si le gana a Polonia gana la serie, que era lo que venía a buscar.
Lo demás…está de más
/por Gerardo Ayala Pizarro. Fotos: twitter oficial de selecciones de Argentina y México
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