«El Pibe» anotó un golazo ante Tigre y en Argentina llamó la atención que modificara su habitual festejo, con un saludo militar, en homenaje a su abuelo
Esta es la crónica, al respecto, escrita en Olé de Buenos Aires por Gastón Pestarino
Gran recuperación de Enzo Pérez en la mitad de la cancha (luego, varios compañeros lo irían a felicitar). Nicolás de la Cruz rompe en diagonal desde la izquierda hacia el centro y asiste a Pablo Solari, quien -ante la salida de Roffo- define picando la pelota. El festejo de este jugador-hincha ante Tigre es alocado, pero tiene una curiosidad que no había mostrado hasta ahora en River, aunque sí antes en Colo Colo: hace el Topo Gigio. ¿Por qué?
Lejos de dedicárselo a alguien que lo estaba insultando o criticando, esta particular manera de celebrar los goles que popularizó Juan Román Riquelme tiene una explicación familiar para Solari: según pudo averiguar Olé, de chico sus hermanos lo cargaban por el tamaño de sus orejas (siempre con buena onda, claro) y eso motivó a que festeje así algunos de sus goles como futbolista.
Hasta acá, el hecho de agarrarse ambas orejas con las manos para gritar un tanto (Topo Gigio, en homenaje al icónico personaje infantil) lo había mostrado en Colo Colo: en sus otras tres concreciones había festejado con la venia, que es dedicado a su abuelo materno, Feliciano, de extensa carrera militar. El jugador de 21 años lo llegó a conocer poco, ya que falleció cuando él era muy chico, pero nunca dejaron de contarle cosas.
Si de festejos se habla, contra Newell’s el Pibe también lanzó una «E» al aire correspondida a su abuela materna, Elva, quien atraviesa un problema de salud. Después de ese partido, el jugador dio más detalles: «Mi abuela está internada, me encantaría estar abrazándola».
Este domingo, aprovechando que el entrenamiento fue a la mañana, Pablo se juntó con sus hermanos Santiago y Matías a la tarde en Puerto Madero y aprovecharon para sacarse una divertida foto que compartieron en Instagram. El encuentro también lo motivó que Santi estaba en Buenos Aires porque había jugado con Gimnasia de Mendoza contra Brown en Adrogué.
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