Los chilenos entraron en el minuto 65 por Lautaro Martínez y Barella respectivamente, sin logra modificar el marcador en blanco del partido de ida por la Copa Italia
El partido de ida de semifinales ha resultado un tanto tranquilo a la par que frenético, pues pese a toda la acción que hemos visto, ninguno de los equipos milaneses ha logrado marcar en este encuentro de Coppa Italia. Ahora, ambos equipos se juegan el pellejo en el encuentro de vuelta, prevista para abril. Si bien en esta fase de la competición sí se aplica la regla de los goles fuera de casa, el Inter no ha marcado en campo rival. Los de Stefano Pioli, por su parte, eran bien conscientes de que un empate sería un resultado relativamente bueno para asegurarse la plaza en la próxima ronda, y medirse así ante el finalista del Fiorentina-Juventus. En cuanto al Nerazzurri, éste se ve ante la tesitura de tener que ganar en abril.
Digamos que ningún equipo puede estar del todo satisfecho con el resultado. Por un lado, con el resultado sin goles de hoy, el Inter tiene materia para la reflexión, pues eso otro duelo más en el que no ha sido capaz de marcar. Ahora bien, la defensa ha estado brillante; no podemos pasar por alto los paradones de Samir Handanovic, ni el rendimiento de Milan Skriniar y Alessandro Bastoni. Aún queda mucho para el encuentro de vuelta, y en este mes de paréntesis el equipo podrá recargar sus energías, pues se ha podido palpar el cansancio del equipo tras el intenso calendario de partidos por el que ha pasado.
En cuanto al desarrollo del juego, el derbi de la Madonnina se ha jugado con un tempo rápido: múltiples entradas, carreras, un sinfín de errores y ocasiones ocasionales. El Inter ha vuelto hoy a toda potencia, y el Milan con la ausencia de Sandro Tonali. Además, este partido ha resultado similar a los otros dos encuentros que ambos equipos ya han disputado en el presente curso y en el marco de la liga.
El Inter ha marcado el ritmo del juego, mientras que el Milan ha reflejado su fortaleza física y agresividad. En definitiva, un encuentro frenético combinado con las ganas de obtener un resultado favorable, pero al final todos los esfuerzos han desembocado en una primera parte caótica para los de Simone Inzaghi, que en ocasiones no sabían cómo salir adelante. Ahora bien, sí que ha habido momentos de brillantez en ciertas ocasiones, aunque ambos equipos han cometido errores, han asumido riesgos y no han entendido bien el guión del partido hasta el final del mismo.
El Milan estuvo muy cerca de angustiarnos con la potencial apertura del marcador a tan solo 10 minutos de reloj, cuando Alexis Saelemaekers se hizo con el balón aprovechando el fallo del Inter, en su intento de sacar el esférico del área. Así, Samir Handanovic se vio forzado a sacar las manoplas y ejecutar una de sus excelentes paradas. Theo Hernández también probó suerte con su diestra, pero el balón acabó disparado al travesaño.
El Inter se vio estancado en la zaga y era incapaz de cortar los errores sistemáticos que cometía al salir desde atrás. Los cambios de juego constituyeron la mayor esperanza del Nerazzurri para contrarrestar al Milan, especialmente con Edin Dzeko exhibiendo su destreza en el aire: el bosnio pareció tener una buena oportunidad de rematar de cabeza, pero Alessio Romagnoli se adelantó al centro.
Sin embargo, las carencias del Inter no fueron suficientes para el Milan, ya que Mike Maignan no terminó de entrar de pleno en combate. En el otro flanco, Rafael Leao mostró su peligrosidad por la banda izquierda, pero se estrelló contra la férrea línea de defensa del Inter, encabezada por Skriniar, siempre dinámico, tal y como demostró en su intervención crucial en detrimento de Rade Krunic.
La segunda parte arrancó de forma irregular, con el Milan intentando aprovechar cualquier duda del Inter. Leao forzó a Handanovic a realizar una magnífica parada en seco, mientras que Bastoni tuvo que intervenir con su cuerpo para rechazar un disparo de Saelemaekers desde el interior del área. A partir de ese momento, la calma se hizo patente hasta el final de la contienda, lo que no es de extrañar si se tiene en cuenta el ritmo insostenible de la primera parte. Ambos entrenadores intentaron renovar las fuerzas con cambios desde el banquillo. El más novedoso de ellos, el debut Robin Gosens con la camiseta del Inter para la recta final del partido.
Alessandro Florenzi y Junior Messias intentaron anotar en los últimos minutos, pero ninguno de ellos fue de especial peligro. Ivan Perisic y Denzel Dumfries se pegaron carreras sin descanso hasta ser sustituidos a escasos minutos del final. Joaquín Correa y Alexis Sánchez no pudieron aportarle al Inter la chispa que necesitaba, y el partido de ida de las semifinales de la Copa Italia se saldó sin goles para ninguno de los dos equipos. Todo se decidirá en el cuarto derbi milanés de la temporada, ya para finales de abril.
AC MILAN 0-0 INTER (Primera parte: 0-0)
MILAN (4-2-3-1): 16 Maignan; 25 Florenzi (2 Calabria, 84), 23 Tomori, 13 Romagnoli (20 Kalulu, 26), 19 Hernandez; 79 Kessie, 4 Bennacer; 56 Saelemaekers (30 Messias, 67), 33 Krunic (10 Diaz, 67), 17 Leao (12 Rebic, 67); 9 Giroud.
Suplentes en banquillo: 1 Tatarusanu, 83 Mirante, 5 Ballo Touré, 22 Lazetic, 27 Maldini, 41 Bakayoko, 46 Gabbia.
Entrenador: Stefano Pioli.
INTER (3-5-2): 1 Handanovic; 37 Skriniar, 6 De Vrij, 95 Bastoni; 2 Dumfries (36 Darmian, 88), 23 Barella (22 Vidal, 65), 77 Brozovic, 20 Calhanoglu, 14 Perisic (18 Gosens, 88); 9 Dzeko (19 Correa, 80), 10 Lautaro (7 Sanchez, 65).
Suplentes en banquillo: 97 Radu, 5 Gagliardini, 8 Vecino, 13 Ranocchia, 32 Dimarco, 33 D’Ambrosio, 88 Caicedo.
Entrenador: Simone Inzaghi.
Amonestados: Brozovic (I), Lautaro (I).
Tiempo añadido: 1+4.
Árbitro: Mariani.
Asistentes: Meli, Alassio.
Cuarto oficial: Massimi.
VAR: Irrati.
Asistente del VAR: Giallatini.
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