Los medios de España resaltaron que el meta chileno no contuvo ningún lanzamiento en la tanda de penales ante el Barcelona por la Supercopa ni hoy contra Osasuna por la Copa del Rey.
Se marchó demasiado pronto el Betis de la competición en la que defendía su título. Tantos factores en contra ha tenido, el primero la oposición de Osasuna, que al final sufrió una muy amarga eliminación ante su público en la tanda de penaltis, la segunda que tumba a los verdiblancos en apenas seis días.
Claudio Bravo Va perdiendo cualidades con la edad y una de ellas era su fiabilidad en los penaltis. Tampoco es que esta vez destacara con el pie, como suele, escribió
LA ELIMINACIÓN
El Real Betis Balompié no podrá revalidar su título de la Copa del Rey. El resbalón de Guido Rodríguez en el último lanzamiento desde el punto de penalti, justo cuando iba a golpear, evidenció que todos los hados habían abandonado al campeón en una noche en la que nada salió como quería la escuadra de Manuel Pellegrini. Ni siquiera el hecho de adelantarse dos veces en el marcador fue suficiente, Osasuna aprovechó las debilidades de Sabaly para igualar en ambas ocasiones y después fue infinitamente más eficaz desde el punto de los once metros.
Fallaron Canales, en una felina intervención de Sergio Herrera, y Guido Rodríguez, en ese resbalón que lo condujo a mandar el balón por arriba del larguero, y de esta manera se esfumaba el sueño de todos los béticos de repetir la gesta de la última edición de la Copa del Rey en el Estadio de la Cartuja. La bola de los verdiblancos no estará en el sorteo de los cuartos de final y quedan por delante los retos de alcanzar la próxima Liga de Campeones o, por qué no, de cambiar de vías y centrar los esfuerzos en esa Liga Europa en la que los heliopolitanos han eludido la próxima eliminatoria por méritos propios.
Pero eso ya llegará más tarde, ahora es el momento de analizar los motivos para que el Betis no haya sido capaz de seguir adelante en este torneo a pesar de tener el cruce a partido único al calor de los suyos. Y la principal de las razones estuvo en su incapacidad para consolidar sendas ventajas cuando mejor se le habían puesto las cosas.
Sobre todo en el tiempo correspondiente a los 94 minutos de juego reglamentarios si se añaden las dos prolongaciones de Alberola Rojas. Ya parecía que estaba todo el trabajo hecho cuando Loren se dejó ganar un balón fácil por Chimy Ávila y el centro posterior fue pésimamente defendido también por Sabaly para que se registrara el primer empate.
Sin embargo, el propio lateral derecho senegalés parecía que se iba a desquitar en el primer periodo de la prórroga cuando agradeció el regalo de Borja Iglesias para volver a adelantar al Betis. Ese tanto, después de dos ocasiones claras desaprovechadas por ambos equipos a través de Canales y Rubén García, pareció definitivo, pero Sabaly pareció empeñado en acaparar todos los focos y su laxa defensa le facilitó el camino a Rubén García para las tablas definitivas antes de los lanzamientos desde el punto de penalti.
Loren pudo romper esa igualada en la recta final de la prórroga, pero le pegó muy arriba y todo quedó ya pendiente de la que denominan como la suerte suprema, aunque no se trate siempre de fortuna. Se repitió casi calcado el desarrollo de la tanda de la Supercopa de España y la ilusión de todos los béticos se esfumaba de forma definitiva después de un partido que había sido tremendamente equilibrado en todas sus fases.
La primera parte no pudo ser más igualada. Se enfrentaban dos equipos separados por un solo punto en la tabla clasificatoria y el desarrollo del juego fue absolutamente parejo, con los sistemas defensivos imponiéndose casi siempre a los ofensivos, hasta el punto de que resulta complicado hallar una ocasión nítida de gol más allá del tanto anulado a Luiz Henrique al haber salido la pelota de Rodri por la línea de fondo.
Corría el minuto 12 entonces y ya se intuía que la primera llegada de Luiz Henrique, a los 50 segundos de juego, saldada con un centro peligroso, se había convertido en un espejismo. Cierto que Canales tuvo otra muy pronto cuando Miranda lo pudo habilitar de gol, pero el control del cántabro fue malo y por ahí se esfumó una posibilidad que debió ser seria (3’).
Ahí prácticamente se acabaría todo en ese primer acto. El Atlético Osasuna cerró el agujero que estaba padeciendo en su costado derecho con Moncayola y desde entonces ya se iban a anular casi todos los acercamientos a las porterías contrarias. El Betis, sin duda, iba a echar muchísimo de menos a los ausentes, a futbolistas como Fekir, Juanmi, incluso Borja Iglesias o Joaquín, que son capaces de crearle mucho peligro al rival en acciones individuales.
Todo se fue igualando conforme crecía en su presencia Lucas Torró en el medio centro, pues el espigado jugador osasunista se convertía en un cierre perfecto por delante de la defensa y eso dificultaba bastante los intentos de entrar por el medio por parte de William Carvalho, Canales, Guido Rodríguez y también de los extremos cuando tratan de meterse hacia dentro.
El planteamiento de Pellegrini, consistente en salir con lo mejor que tenía a su disposición desde el minuto 1, no había dado resultados para cobrar ventaja frente a un Osasuna tan correoso como también desacertado con el balón en su poder. Los béticos habían partido con su esquema tradicional en una defensa integrada por Sabaly, Luiz Felipe, Édgar y Miranda; también en los medios centro no había novedades con Guido y William Carvalho, mientras que Canales debía hacer de Fekir para que Luiz Henrique y Rodri estuvieran en las bandas. Lo más novedoso, quizá, en un partido de mayor nivel era la presencia de Willian José en el sitio casi siempre reservado en este tipo de citas a Borja Iglesias.
Sólo en los instantes finales concedidos por un Alberola Rojas siempre demasiado permisivo en los contactos se produjeron un par de llegadas con algo de peligro para ambos equipos. Édgar taponó el disparo de Brasanac en la de Osasuna; Sergio Herrera repelió la falta lejana de Willian José en la del Betis. Así que todos a la caseta y a esperar que las fuerzas fueran decantando hacia uno de los dos lados, preferiblemente el bético por estos lares por supuesto.
El segundo acto iba a ser mucho más abierto, sobre todo después del ingreso en el campo de Borja Iglesias. El gallego se incorporó junto a su amigo Aitor Ruibal y los béticos consiguieron la primera ventaja sobre la hora de juego. El Betis, además, supo protegerse atrás, aunque tal vez se echaran en falta algunos cambios más para fortalecer ese entramado defensivo. Pellegrini no lo estimó oportuno y llegó el gol de David García después de que Borja Iglesias hubiera tenido un disparo franco para sentenciar (86’).
Prórroga sin dominador claro también, con llegadas nítidas para ambos equipos de Chimy Ávila (92’), de Borja Iglesias (97’), de Canales (99’), de Rubén García (101’)… Sabaly sí acertó a puerta vacía tras una buena jugada colectiva y, por fin, parecía que el campeón estaría en los cuartos de final, pero el propio Sabaly se empeñó en que no fuera así. La emoción fue absoluta y, al final, todos los hados se pusieron en contra del vigente poseedor del título copero. Hasta el punto de que Guido Rodríguez se resbaló en el último lanzamiento. A mirar al frente y a pensar en nuevos retos, no queda otra.
/Escrito por Francisco José Ortega para Diario de Sevilla
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