El chileno jugó 90 minutos y mostró pinceladas de su talento, siendo el más destacado de los refuerzos que estuvieron en cancha (incluído el español Ander Herrera, que deió ser expulsado). Williams Alarcón no estuvo entre los citados, porque aún falta la presentación oficial en el xeneise
La última pelota se detiene entre los guantes de Diego Rodríguez. Un cabezazo de Ayrton Costa, a la salida de un tiro de esquina, que a nadie puede engañar. Se esperaba mucho más de Boca en el bautismo del Apertura, pero apenas hubo insinuaciones. Algunas luces de Carlos Palacios, un poco del toque europeo de Ander Herrera y la desfachatez del pibe Rey Domenech. Argentinos, remasterizado con Nicolás Diez en el banco y algunas caras nuevas sobre el césped, dejó una mejor imagen en este volver a empezar. El punto cotiza oro en La Paternal, muy a pesar de que tuvo posibilidades en la Bombonera.
La expectativa estaba enfocada en las estrellas xeneizes. En el español que llegó desde Bilbao para cumplir su sueño. En el chileno por el que pagaron cinco millones de dólares. Volvían Marcos Rojo y Edinson Cavani. Estaban entre los suplentes Alan Velasco y Rodrigo Battaglia. Y el equipo, como si fuera poco, venía de un triunfo holgado en la Copa Argentina ante el humilde Argentino de Monte Maíz. Sin embargo, de entrada, Argentinos se robó el protagonismo a orillas del Riachuelo.
A partir de la gran coordinación del mediocampo, con Alan Rodríguez como iniciador y Federico Fattori en el liderazgo de la recuperación, jugó en el campo rival y trianguló. Especialmente, por la izquierda, donde Nicolás Oroz y Sebastián Prieto formaron un gran tándem. Y no se había consumido un minuto cuando llegó el centro que Tomás Molina anticipó con la cabeza en el área y explotó el travesaño.
Sí, Argentinos no tuvo inhibiciones. Fue intenso, presionó la salida y se hizo dueño de la escena. Y no logró ponerse en ventaja porque Leandro Brey voló con la mano cambiada –a decir de los relatores de antaño- para mandar al córner un bombazo de José María Herrera, otro destacado
Boca empieza a mostrar otra cara con Fernando Gago en 2025. La idea es hacerse fuerte con la pelota, tender líneas de pases, hacer circular la pelota con los volantes para llegar por afuera con los extremos o alguna trepada de sus laterales, algo que no casi no ocurrió en esa etapa inicial y que intentó cambiar Advíncula en el complemento. Buscó mucho por el centro y se quedó sin sorpresa por los costados.
Herrera es un futbolista formado en Europa y la cesión de primera es religión. A su lado, el chico Rey Domenech es una brisa de aire fresco. Ni Tomás Belmonte ni Ignacio Miramón mostraron la sapiencia de un pibe nacido en 2006 que juega como un veterano. Sin embargo, a ambos les costó liberarse del asedio de Argentinos.
Palacios estuvo discontinuo. En el 4-2-3-1 que plantó Gago, cuando retrocedió para juntarse con los mediocentro, recién en ese instante, pudo armar alguna jugada criteriosa. Metió un par de pases que sus compañeros no aprovecharon. La mejor jugada se produjo sobre el filo de los veinte minutos, cuando el chileno jugó con Cavani y el español pinchó para Frank Fabra y Brian Aguirre, que remató mordido.
🔎El JUGADÓN de #Boca que no pudieron definir ni #Fabra ni #Aguirre.
🔝#Palacios, #Cavani y #AnderHerrera entendiéndolo todo.pic.twitter.com/9ghd4FLlto
— Boca Juniors – La12Tuittera (@la12tuittera) January 26, 2025
Y en el final, hubo una jugada muy polémica. Un planchazo de Ander Herrera sobre Alan Lescano que Hernán Mastrángelo, algo distraído, no observó. Desde el VAR revisaron la jugada. Como mínimo, ameritaba una amarilla. Ni siquiera fue amonestado el volante vizcaíno.
Todos piden tarjeta roja para Ander Herrera, patada tremenda mete el español.
Está revisando el VAR.
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— @UnEnzoMas (@UnEnzoMas) January 26, 2025
En el segundo tiempo, Boca buscó con mayor énfasis. Le anularon un gol a Cavani, tras un pase bárbaro de Rey Domenech. Estaba en posición adelantada. Y Gago movió el banco. Entraron Battaglia y Velasco. Exequiel Zeballos se movió a la derecha. Pero todo dependió de la inspiración de Palacios.
Hubo un centro pasado de Advíncula que Fabra resolvió apurado. El peruano terminó lesionado en una jugada que pudo ser gol de Argentinos, tras una pared del ingresado Santiago Rodríguez y Molina, que se movió con soltura en el frente de ataque.
En el ida y vuelta, dio la sensación de que cualquiera lo podía ganar. Pero no hubo situaciones de alto calibre en las áreas. Brey tapó un cabezazo de Manuel Brondo en el final, una pelota parada que podía haber cambiado el destino de un partido con mucho ritmo y poca adrenalina en las áreas.
/Escrito por Daniel Avellaneda para Clarín de Buenos Aires
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