Claudio Bravo observó desde el banco como el central chileno contenía todos los ataques de su equipo, que con este resultado ve cada vez más lejana la posibilidad de entrar a Champions
El Betis no ha comenzado nada bien la especial semana de la final de la Copa del Rey en la ciudad de Sevilla. La historia del sábado será otra bien distinta. Sin embargo, el conjunto verdiblanco podía empatar con los tres equipos que le preceden en la clasificación con 60 puntos de vencer a un Elche que ha visto la luz en la última semana con ese cambio de sistema con tres centrales. Seis puntos que le dan la permanencia prácticamente virtual, con los tres sumados en el Benito Villamarín gracias a un tanto de Tete Morente en la recta final. Un Elche que le bajó los humos a un Betis donde todo es felicidad. Ahora llega la final de Copa para el Betis, pero este regusto amargo se queda en la boca.
El equipo de Pellegrini no pensaba en la final de la Copa y menos todavía su entrenador, al menos viendo el equipo que disponía sobre la hierba. Cierto que la pareja de centrocampistas esperaba en el banquillo, pero el dúo que todo lo puede en el conjunto verdiblanco hacía las delicias del Benito Villamarín con una combinación tras otra. Fekir y Canales. Canales y Fekir. Nunca descansan si están disponibles. Lo quieren jugar todo. Además, son los hombres que con su ambición arrastran al resto de los compañeros. Si ambos se parten la cara, no hay quien se atreva a bajar el pistón.
Como un Juanmi que es quien mejor aprovecha todo lo que construyen entre los dos genios. Le anularon un gol en el primer tiempo por claro fuera de juego, tras cabezazo de Willian José al larguero y un nuevo cabezazo, ahora de Fekir, que le colocó la pelota en boca de gol. Estaba más adelantado. Tuvo una nueva ocasión con una fantástica dejada de Canales. Disparó de primeras y alto.
El Elche, con el nuevo sistema de tres centrales, sufría en defensa al no saber qué jugador debía saltar sobre la dinámica delantera bética. Willian José era el único con una posición más o menos fija. El resto se mueve a sus anchas, según su criterio. La defensa vestida de negra veía la noche de ese color. Aun así, aguantaron el primer periodo. Edgar Badía tuvo que intervenir a dos zapatazos lejanos de Canales. Los de Francisco salían poco e intentaban crear peligro por banda. Mojica fue quien más peligro creó, pero llegando al remate. El colombiano estuvo tocado casi todo el primer periodo. Antes del descanso, el Elche se quejó de una mano de Juanmi en el área. Le toca en el brazo tras un centro lateral, aunque no parecía penalti, pese a que en estos tiempos de revisión continua todo es posible. Descanso sin goles, con un Betis que olisqueaba el gol y sabía cómo hacer daño. Era cuestión aparente de tiempo.
Mejoría del Elche
El Elche salía con intenciones más ofensivas, con un Mojica recuperado en el tono físico y tratando de abrir mejor el campo que en el primer periodo, donde apenas aprovechó a sus carrileros. Llegadas que, sin embargo, no terminaban con remates claros. El Betis se iba desmelenando poco a poco, aprovechando sobre todo esas salidas del equipo ilicitano para sorprenderlo con espacios y transiciones que tan bien ejecutan. Antes del primer cambio de Joaquín por Guardado, un claro mensaje ofensivo, Badía salvó a los suyos con una gran parada a zapatazo de Juanmi desde la frontal. El malagueño todo lo envía a portería, pero la agilidad del portero del Elche iba salvando a los suyos.
Y tanto le costaba rematar al Elche, que una nueva llegada de Mojica no pudo alcanzarlo Raúl Guti en boca de gol. Se estiraba el equipo de Francisco, mejor plantado en el segundo tiempo. Con mejor lectura para llegar al área rival. Pellegrini iba con todo y sacaba al campo a Borja Iglesias y Tello, los héroes del duelo previo a la Semana Santa en Cádiz. El partido entraba en la zona caliente. El betis trata de ir arriba, pero el Elche cerraba todos los caminos hacia su portería y en la primera que puso rematar la colocó dentro de la portería. Pase de Gumbau al espacio, para un Josan que estaba siendo un puñal, y antes de que saliese por línea de fondo la coloca acrobáticamente en el primer palo para la aparición de Tete Morente, quien la colocó en el techo de la red. Se adelantaba el Elche y congelaba al ambiente del Benito Villamarín. Un Betis que no se iba a dar por vencido. Álex Moreno y William Carvalho, que estarán en el equipo inicial de la final de la Copa, salían justo antes del 0-1 en la búsqueda de la victoria. Se encontraba el mazazo ilicitano.
Seis minutos de alargue decretaba Alberola Rojas con un Elche que controlaba el juego, pero la dinamita bética siempre está presente, por mucho que Fekir fuese sustituido cuando el partido aún estaba igualado en el marcador. Mientras se defendía el Elche, Paul vio cartulina roja por una atada sin balón al estómago de Olaza. Perdía los nervios el centrocampista en un momento crítico. Aguantó el Elche, que hizo propia la fiesta del Betis previa a la final de Copa. Los de Pellegrini deberán seguir peleando por la Champions. El Elche puede casi decir que el próximo año continuará en Primera.
/Escrito por Alberto Fernández para Marca
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