
El equipo del Ingeniero se impuso en la ida de los cuartos de final de la Conference League al Jagiellonia por un 2-0 que, al final, se antojó corto
El Betis está a 90 minutos de reescribir su historia. A un partido de una semifinal europea después de imponerse en la ida de los cuartos de final de la Conference League al Jagiellonia por un 2-0 que, al final, se antojó corto. Y seguramente cualquier lo hubiera firmado cuando al inicio del curso el equipo verdiblanco era incapaz de ganarle al Copennague, ganaba sobre la bocina al Celje o perdía con el Mlda Boleslav. Eran otros tiempos. Era otro Betis y al actual este 2-0 es oro, pero por méritos mereció el cuadro verdiblanco poder ir a tierras polacas con mucha más tranquilidad.
Y es que tras un susto inicial que quedó en nada, el betis fue claro dominador. Y las ocasiones empezaron a caer. Jesús Rodríguez no aprovechó el pase en el área de Isco para marcar. Sí lo hizo Bakambu, que aprovechó el medido centro de Fornals para superar a Abramawicz en el mano a mano.
Insitió el Betis en ataque y no fue hasta justo antes del descanso, y con suspense, que encontró el premio con el gol de Jesús Rodríguez al aprovechar un balón suelto en el área. Se revisó la ajustada posición de bakambu, pero Anthony Taylor y el VAR dieron validez al 2-0.
No se quedó ahí el un Betis que quería más. Y hubo ocasiones para viajar a Polonia con una mayor renta. Jesús Rodríguez, antes de lesionarse, remató al palo y Natan cabeceó al otro poste más tarde. Isco se quedó en el banquillo y Lo Celso, sin la chispa del inicio del curso, tivo varias ocasiones, pero todos lso remates los rechazaba la defensa de un Jagiellonia que se encerró para no dejar espacios. Los cabezazos de Bartra, los intentos de Bakambu o el disparo final de Altimira desde fuera del área no acabaron en gol por poco. El Betis tuvo un final de encuentro plácido y durante toda la segunda mitad pellegrinio fue dando descanso a sus tituares, porque el domingo espera un duelo clave por la Champions contra el Villarreal.
/Escrito por Pablo Salvago para El Diario de Sevilla
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