Los verdiblancos fueron muy superiores al Kryvbas ucraniano y se limitaron a sumar un gol en cada periodo para dejar casi resuelta su presencia en la Conference League
Trámite resuelto de forma satisfactoria para el Betis en su visita a Kosice. El conjunto de Manuel Pellegrini se impuso con solvencia al Kryvbas ucraniano en un partido que se encauzó muy pronto gracias al gol del Chimy Ávila, que estuvo listo tras un balón repelido por el guardameta Klishchuk después de un disparo de Altimira, y que acabó de resolverse en la segunda mitad con el bello tanto de Rodri.
El Betis fue muy superior en todo momento y la mejor prueba de ella fue el gol que tuvo Fekir cuando apenas se llevaban disputados ocho minutos. El extremo Sosah tuvo una pérdida dentro del área propia y la gran estrella de este Betis, a la espera de Isco, lo tuvo todo a su favor para haber adelantado a los suyos. Pero el disparo del francés se estrelló en el cuerpo del portero ucraniano y por ahí se salvaron los hombres que ejercían como locales.
No llegó a contabilizarse la llegada en el marcador, pero la declaración de intenciones fue tajante. Los hombres de Pellegrini eran tremendamente superiores y más tarde o más temprano todo se iba a reflejar en el marcador para que, incluso, el técnico chileno pudiera realizar la dosificación de esfuerzos de los suyos pensando en la inmediata visita al Alavés en Mendizorroza.
Concretamente, bastó con que Rodri protagonizara una conducción desde casi el centro del campo. El extremeño, que había sido uno de los más acertados en la escuadra que vestía de amarillo y negro, se perfiló hacia su posición natural y con la zurda lanzó una rosca imposible para Klishchuk. Aquello estaba ya resuelto de manera definitiva y Pellegrini se encargaba de sellar la situación al ordenar un triple cambio muy explicativo. Assane Diao, Marc Roca e Iker Losada, en su debut oficial como bético, al campo para que Fekir, Johnny y Chimy Ávila tuvieran su dosis suficiente de minutos pensando en el siguiente compromiso en LaLiga contra el Alavés. Los dos primeros tienen muchas papeletas de repetir su titularidad.
Como Losada, también se producía el debut del esperado Natan. Es cierto que los rivales tampoco tenían el potencial suficiente para que el test tuviera una fiabilidad del ciento por ciento, pero todas señales que emitió el brasileño en su primer desempeño como bético fueron favorables. Parece que puede ayudar bastante en ese perfil zurdo.
Los otros estrenos oficiales, los de Ricardo Rodríguez e Iker Losada, tuvieron que esperar hasta la segunda mitad. El gallego formó parte del triple cambio tras el 0-2, mientras que el suizo ingresó algo más tarde. Fueron minutos más de acoplamiento a sus nuevos compañeros que otra cosa, la verdad.
Porque el Betis pensaba que el trabajo ya estaba hecho en esa fase del segundo periodo y se limitaba a litigar un partido más de preparación de estas fechas de agosto. Los béticos se habían tomado con la seriedad suficiente el encuentro y sólo pudieron sufrir cuando Adu se quedó solo delante de Rui Silva (27’). Se entretuvo, sin embargo, y le dio la opción a Diego Llorente para que demostrara que estaba a un nivel de concentración excelente. Apenas un susto sin trascendencia.
En esa primera mitad, el Betis tampoco transmitió la sensación de crear excesivo peligro después de la oportunidad de Fekir y del gol de Chimy Ávila. Más cómodo fue el acto final, sobre todo después de la eficaz arrancada de Rodri que acabó con el cero a dos. Aquello ya se acercó a uno de esos bolos veraniegos, pues los visitantes, los superiores, tenían el marcador justo donde querían y los inferiores lo intentaban sin mayores posibilidades de éxito.
Fútbol es fútbol, diría el malogrado Vujadin Boskov, pero las distancias entre este Betis y el Kryvbas son sencillamente siderales. ¿Qué quiere decir esto? Fácil, que los verdiblancos deben estar en la fase de grupos que ha ideado la UEFA para esta Conference League. Fue así porque los hombres de Pellegrini se tomaron en serio su trabajo, como debe ser, y convirtieron la cita de vuelta en el Benito Villamarín en un trámite.
/DiarioSevilla
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