Cuatro igualadas consecutivas en los derbis de Liga, que no ayudan a nadie demasiado en sus objetivos. Claudio Bravo sigue sin ssumar minutos en el arco verdiblanco
Betis y Sevilla ofrecieron una nueva edición del derbi sevillano con más polémica que chicha futbolística. Un penalti dudoso pitado, otro que se señaló y corrigió el VAR, dos delanteros lesionados, numerosas amarillas y poco juego (sobre todo en el segundo periodo)… Un derbi más que termina en empate y ya son cuatro consecutivos en Liga que sucede esto mismo. Se encasquilla el duelo de rivalidad sevillana en el reparto de puntos, ya que siempre existe mucho más que perder que de ganar. La sonrisa, si alguien se la llevó, fue el Sevilla, al jugar en el Benito Villamarín y comenzar el duelo por debajo en el marcador. Un partido con la misma historia de siempre y con el poco fútbol habitual de duelos de tanta tensión. Más emoción la semana previa que sobre la hierba. A ninguno le vale el empate realmente para sus objetivos.
El ambiente del Benito Villamarín era una absoluta locura. La vida del sevillano se detiene por este partido, por esa rivalidad centenaria que divide una ciudad futbolera como pocas en dos mitades exactas. En verde y rojo. En derbi. El Sevilla sorprendía al Betis con una presión muy adelantada y cerrando sólo con cuatro jugadores. Sin embargo, la peor de las noticias sucedía pasado el minuto diez, con Isaac Romero pidiendo el cambio por una lesión muscular en su primera participación. Entraba Lukebakio en el campo. Primer derbi de Isaac para olvidar en lo personal. El ritmo era el que le interesaba a los hombres de Quique, controlando que el Betis no tuviese fluidez ni velocidad de juego. Le salía a la perfección su plan inicial.
Sólo le faltaba tener alguna llegada con cierta claridad. En un saque de banda de Acuña, unos pocos de rebotes y remates de cabeza terminaron con Ocampos metiendo la pelota en la portería tras cabecear Lukebakio con intención de que fuese a portería. Sin tocar el argentino no había fuera de juego. Pero le vino justo a su cabeza y no se pudo contener. El propio Ocampos lo intentó desde la media distancia con un disparo duro. El Betis necesitaba encontrar a Isco u Ayoze, sus hombres con más fútbol. El malagueño bajó a iniciar, con el tinerfeño realizando diagonales marcas de la casa. En una de ellas, en un uno-dos dentro del área, con cambio de balón de un pie a otro, tuvo que intervenir Sergio Ramos para evitar su disparo a gol cuando ya se relamía el público.
Más se relamió en un error de Nyland en una salida. El balón le caía a Fornals, con el portero fuera de sitio, pero su disparo se encontró con un Sergio Ramos que juega habitualmente con capa. Otro tanto que saca el camero debajo de los palos esta semana. En ese córner, tras varios rebotes, otra vez lo intentaba Fornals desde la frontal, encontrando la muñeca de Lukebakio, quien quiso detener el lanzamiento girándose dentro del área. Tenía el brazo pegado, pero Sánchez Martínez no lo dudó y señaló la pena máxima. Ni lo protestó demasiado el Sevilla, aunque la imagen repetida ofrece muchas dudas sobre la decisión. Isco no desperdició el regalo del rival y colocó al Betis por delante poco antes del descanso. El Sevilla quiso intentarlo, pero la baja de Isaac se notaba demasiado a la hora de intentar combinar en tres cuartos. El cambio por Lukebakio, clave.
El segundo periodo comenzaba con una ocasión clarísima del Betis en un balón largo de Miranda sobre Bakambu, que arrancaba desde campo propio. Nyland no se atrevía a salir de su portería, pero el congoleño sufrió un desgarro muscular en la propia carrera y remató sin fuerza ni colocación. Tuvo que ser sustituido por Willian Jose. Otro delantero lesionado en el partido. El partido se rompía con varios contragolpes. Y Nyland tuvo que salvar a los suyos en un disparo al palo corto de Ayoze, que sacaba el noruego con la mano derecha. Quique también sustituía a Jesús Navas por molestias. Entraba Kike Salas, para mover a Ocampos de carril. Y era el propio canterano el que igualaba el partido con un cabezazo en un córner botado por Acuña. Soberbio cabezazo del joven valor sevillista. 1-1. La otra jugada polémica de la noche sucedía minutos después, con un manotazo de Badé sobre Isco dentro del área, cuando el francés trataba de sacar la pelota controlada por la línea de fondo. Sánchez Martínez señaló penalti porque hay un leve contacto, aunque fue llamado por el VAR para deshacer su decisión. La tensión había crecido en pocos minutos.
El dominio era bético. El Sevilla había pasado nuevamente a defensa de cinco y cada vez le costaba más salir de su campo ante el empuje del equipo local, con Isco omnipresente en todas las partes del campo y recibiendo golpes a diestro y siniestro. Pellegrini tiraba de la magia de Fekir a poco más de un cuarto de hora del final. Y en la primera pelota que tocó el francés, en una combinación con Isco, el malagueño disparó desde el borde del área pequeña, para que despejase Nyland. Se juntaron los dos buenos y aparecieron los huecos que el Sevilla le estaba negando al Betis. Carrusel de cambios en los dos equipos, con jugadores como Isco, fundido, al banco. Una combinación entre dos nuevos, Rodri y Abde, terminó con un cabezazo del marroquí que besó el larguero por arriba. Estuvo cerca el conjunto verdiblanco poco antes del minuto 90. Con cinco de alargue, Chadi Riad se encontró un balón dentro del área, aunque el central la envió a las nubes. Empate final en un derbi sin más historia que la ya conocida igualdad entre dos equipos que se emparejan por distanciados que estén en sus plantillas u objetivos. El derbi de toda la vida.
/Marca
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