Eugenio Mena es de hierro: se recuperó y jugó en la goleada de Racing a Arsenal. Gabriel Arias también fue figura

El fútbol será siempre de los jugadores, más allá de que la incidencia de los entrenadores y todos sus colaboradores es cada vez mayor. No hay magia posible cuando la pelota comienza a circular. Y eso quedó evidenciado en el Arsenal-Racing.

En los de Sarandí se presentaba Israel Damonte en reemplazo de Sergio Rondina, que dejó el cargo más por agotamiento personal que por malos resultados; en los de Avellaneda, Claudio Ubeda dirigía su segundo encuentro tras el despido de Juan Antonio Pizzi. ¿Qué mostraron locales y visitantes distinto a lo de antes? No mucho porque los futbolistas que eligieron ambos técnicos fueron los mismos que utilizaban los antecesores.

Arsenal fue el que se salió un poquito del antiguo libreto. Se plantó con una línea de tres centrales el conjunto de Sarandí, más dos laterales-volantes, tres mediocampistas internos y dos atacantes. Pero la búsqueda fue más o menos la misma: ser profundo por afuera y terminar por dentro con Albertengo y los volantes llegadores. Fue apenas superior Arsenal en la primera parte, pero le costó generar peligro.

El más punzante fue Gastón Benavidez, que en un par de oportunidades llegó al fondo e hizo inquietar a la defensa visitante. La más clara fue una mediavuelta de Alan Ruiz, aunque la pelota se chocó con Leonardo Sigali cuando llevaba destino de arco.

Racing se paró para jugar de contra y no está mal teniendo en cuenta que por las bandas jugaron los veloces Lovera y Chancalay. Pero le faltó conexión a la Academia.

Fue Darío Cvitanich el encargado de conducir al equipo en ausencia de Licha López y evidenció que no es una función que le quede cómoda. Al ex atacante de Banfield y Boca no le gusta jugar de espalda a tantos metros del arco rival. Perdió un par de pelotas que pudieron ser peligrosas contras de Arsenal.

Igual, tiene categoría y panorama Cvita. Tras un pase de él (abrió con un toque de primera para la derecha) se generó el córner que terminó en el tanto de Chanca, que definió potente de primera luego de que el propio Cvitanich aguantara la pelota de espalda y cediera el balón para la aparición del ex Colón.

La segunda parte arrancó con otro golpe de la visita. Antes, Arias le tapó un potente tiro libre a Ruiz. Y en la siguiente, Cvitanich, ese experimentado que jugaba poco y nada con Pizzi, demostró que su lugar en el mundo es el área: recibió de Correa, abrió el pie derecho y definió suave al palo derecho de Sappa. Iban 6 minutos.