El chileno entró en el minuto 71´por Lautaro Martínez y en el 76´ llegó el gol de Damian, para establecer el definitivo 1-0
Hay algunas películas que no despegan, pero que por una u otra razón merecen una oportunidad hasta el final, a la espera, quizás, de un giro, de un héroe inesperado. El Inter-Verona durante largos tramos realmente parecía una película de esas. Se parecía al Inter-Cagliari de hace unas semanas. El juego fue trabado, la delantera careció de lucidez y el equipo no concedió nada. Luego llegó, bendito sea, en el minuto 77 el gol de Darmian gracias a una asistencia de Hakimi.
Algunos guiones son tan parecidos que te dejan impresionado: minuto 76, Hakimi por Darmian, él de nuevo. Otro héroe del día, otro hombre del destino. ¿Inesperado? Hasta cierto punto. Cuando Antonio Conte lo sacó en la segunda parte, quizá pensó en aquel partido del Inter-Cagliari y en cómo le había dado un giro a la película que parecía ir camino de los créditos finales: temíamos un 0-0, pero se convirtió en un bonito 1-0.
Y el final fue el mismo, lleno de sufrimiento: ese maravilloso abrazo grupal, ese banco explotado en el aire con Darmian sumergido por todos, entrenador incluido. Ganamos 1-0. Nuestra película se enriquece: ahora tenemos 79 puntos a falta de cinco partidos.
Las 6 derrotas en los últimos 7 partidos no engañan a nadie: todo el mundo sabía que el partido contra el Verona sería duro, exigente y nada fácil. Conte sacó a los mismos 11 jugadores que ante el Spezia; Juric propuso su clásico 3-4-2-1. Con Ceccherini sobre Lautaro y Magnani como hombre sobre Lukaku en un choque de gigantes en el campo, Dimarco suele ocupar la banda izquierda con Faraoni bajando a la derecha. La realidad es que los mecanismos del Verona están consolidados: el equipo se mueve al unísono, tanto en la presión alta como en la capacidad de retroceso. El Inter construye desde abajo: Handanovic pone en marcha el balón y la pareja Brozovic-Eriksen se encarga de iniciar las ofensivas que a menudo han hecho la fortuna del Inter.
El primer avance llegó a los 2 minutos con Lautaro solo frente a Silvestri: un toque alto y un choque con el portero. Fue un comienzo prometedor para el Inter, con Hakimi galopando por la derecha en una de sus especialidades: una escapada sin posibilidad de respuesta. Dos disparos del marroquí, uno con la izquierda y otro con la derecha, hicieron que el Inter estuviera a punto de marcar, pero Silvestri se apresuró a detener el disparo en diagonal del número 2.
Sin embargo, no fue un asedio y el Verona, que pudo contar con el muy móvil Lasagna, construyó una ocasión realmente sensacional: Bessa fue rechazado por Handanovic en el área y luego Dimarco remató al poste con un claro disparo. Fue un toque de atención para el Inter, que concedió muy poco en defensa, pero estuvo lento en su construcción ofensiva. Lukaku se escudó, Lautaro se enjauló, Perisic fue superado a menudo por Faraoni y Barella estuvo menos preciso que de costumbre. El primer tiempo terminó con la certeza de que es obligatorio un segundo tiempo diferente.
Esperas al Inter, pero en su lugar es el Verona: amarilla. El centro de gravedad del equipo de Juric se eleva y comienza a trabajar detrás de la línea de tres cuartos, quitándole el balón al Inter. Hay un poco de tensión: el Inter es incapaz de presionar, confiando más en sus propias iniciativas y en el movimiento hacia adelante.
En el minuto 64, Lautaro se fue por su cuenta y se desbocó: parecía un «toro» en San Fermines, pero cuando llegó a la arena se encontró con Silvestri para negarle la alegría final. Fue el momento más intenso: 5 minutos después, el poste salvó al Verona de un increíble tiro libre desde más de 25 metros de Hakimi. Señales, pero no definitivas. El Verona no cedió ni un ápice e incluso Barak estuvo a punto de marcar.
En el 76‘ llegó el momento: la acción se dio finalmente a campo abierto, Hakimi tomó el centro del campo y abrió el balón para que Darmian corriera. La frialdad de Matteo era igual a su letalidad: 100% efectiva. A Silvestri le pilló desprevenido, el gol fue la comidilla del momento. Pero no fue el final del partido. Los últimos 20 minutos, incluyendo el tiempo de descuento, fueron un largo y agonizante periodo sin aliento. Balones repelidos, paradas, duelos, anticipación de nervios y corazón desbocado.
El encuentro terminó en el minuto 93′: 93 minutos de una película que parecía aburrida, pero que se convirtió en un thriller. Los nerazzurri ganaron.
LOS DATOS
INTER (3-5-2): 1 Handanovic; 37 Skriniar, 6 de Vrij, 95 Bastoni; 2 Hakimi (33 D’Ambrosio 79′), 23 Barella, 77 Brozovic (5 Gagliardini 79′), 24 Eriksen (12 Sensi 65′), 14 Perisic (36 Darmian 65′); 9 Lukaku, 10 Lautaro (7 Sánchez 71′).
Suplentes: 27 Padelli, 97 Radu, 8 Vecino, 13 Ranocchia, 15 Young, 99 Pinamonti.
Entrenador: Antonio Conte.
HELLAS VERONA (3-4-2-1): 1 Silvestri; 17 Ceccherini (27 Dawidowicz 46′), 23 Magnani (21 Gunter 46′), 3 Dimarco (13 Udogie 72′); 5 Faraoni, 61 Tameze (9 Salcedo 65′), 14 Ilic, 8 Lazovic; 7 Barak, 40 Bessa (90 Colley 77′); 92 Lasagna.
Suplentes: 22 Berardi, 25 Pandur, 11 Favilli, 15 Çetin, 19 Rüegg, 20 Zaccagni, 29 Kalinić.
Entrenador: Ivan Juric.
Goleadores: 76′ Darmian (I)
Amonestados: Ceccherini (V), Magnani (V), Barak (V)
Descuento: – , 3′.
Árbitro: Abisso.
Asistentes: Galetto, Rossi.
Cuarto árbitro: Prontera.
VAR: Nasca.
Asistente del VAR: Valeriani.
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