Gran actuación del equipo de Conte: 3-1, doblete y una asistencia para el belga
Hay abrazos que te dan energía, fuerza, que son hermosos por naturaleza porque te permiten decirle al otro: «juntos». Fíjate bien en la foto de abajo. Es la imagen que se tomó tras el gol de Lautaro, el que supuso el 3-1, el gol que cerró el Inter-Lazio en el momento más delicado del partido. Están todos ahí, porque en ese abrazo está toda la unidad y ganas de este equipo… Decidido, cuidadoso, feroz, científico y geométrico, atento a no cargarse de amonestaciones. ¡Qué Inter! La victoria por 3-1 sobre el Lazio en San Siro nos ha llevado a la cima de la tabla, con 50 puntos, superando al Milán en la víspera del derbi.
Lukaku ha dominado, logrando un doblete y una asistencia tras una maravillosa carrera. Lautaro puso su firma, Skriniar levantó el muro, Eriksen y Brozovic dominaron en el centro del campo; y, entonces, supimos cerrar y sufrir lo justo: defensas atentas, Perisic capaz de cerrar a Lazzari. Y así, sin más, un gran esfuerzo de equipo, un 3-1 que, como es habitual, no muestra todo el potencial de las acciones ofensivas de los nerazzurri.
No podía ser de otra manera: un partido a toda velocidad. Abierto, hermoso, intenso, rico. Dos 3-5-2 enfrentados, riqueza en las bandas, talento en el centro del campo, potencia e imaginación en la delantera. Un partido que vale puntos importantes, un partido que no hay que perderse. Y así se fue a toda velocidad desde el minuto uno. Un ritmo que por momentos crees que será insostenible y que en realidad te dará un partido muy ameno, entretenido y emocionante. Todos concentrados, todos con la conciencia de tener que darlo todo: ni un solo centímetro de este partido podía ser, y de hecho ni fue, regalado. La velocidad dividió el partido, los centrocampistas de ambos lados del campo, se insertaron en el juego, añadiendo calidad y peligro. Eriksen estaba vivo y dibujaba trayectorias reveladoras y peligrosas, Lukaku disparaba con continuidad, Lautaro, eléctrico.
El primer punto de inflexión del partido se produjo a partir del minuto 20′: la combinación Eriksen-Lukaku-Lautaro fue geométrica e ingeniosa, Hoedt tira al suelo al ‘Toro’. Penalti, amarilla y… la sentencia, de Lukaku. Un penalti perfecto, como siempre: 10 de 10 en la Serie A, todos batiendo al portero. Una ventaja que dio aún más consistencia al juego del Inter, con remates precisos y Skriniar en la cima de su juego, el último bastión de una defensa muy atenta. Handanovic (500 apariciones en la Serie A) esfumó las ambiciones de Immobile, Lautaro no conseguía el doblete, pero avisaba a la defensa biancocelesti de que no bajaran la guardia. El doblete llegó al final de la primera parte: fueron las ganas de Brozovic las que le hicieron llegar, con un resbalón del que salió un balón para Lukaku, un rebote que se convirtió en una asistencia perfecta. El belga no desaprovechó el balón: con un derechazo atronador puso el 2-0, el gol 300 de su carrera como profesional.
Con el 2-0 en el marcador, el Inter mantuvo su plan de juego: regateó bien, evitó las amonestaciones a Brozovic, Barella y Bastoni, y mantuvo a raya a la Lazio. Empiezan a surgir las ocasiones para cerrar el partido: la Lazio sube, mantiene el balón, pero lo cede. Un campo abierto significaba un terreno fértil para Hakimi, bloqueado por Parolo, y para Lukaku. La transformación de Lukaku en Hulk comenzó cuando el Lazio tuvo la suerte de hacer el 2-1: El tiro libre de Milinkovic golpea a Escalante y sorprende a Handanovic.
Pero no había tiempo para celebrarlo: el partido estaba muy abierto. En el minuto 64, el Inter mostró toda su hambre, y Romelu Lukaku la encarnó a la perfección. Brozovic lo impulsó, Romelu parecía Hulk, pero también Flash. Vuela con el balón en los pies, arranca antes de la línea de medio campo, esprinta a Parolo, lo supera y luego, una vez en el área, sirve a Lautaro con un toque de derecha como un número 10. Y así, nuestro número 10, el ‘Toro’ (en el día de las celebraciones del Año Nuevo Chino, con el inicio del año del… toro), la mete en la portería: 3-1. Magnífico, el abrazo del equipo es como electrizante, la alegría del grupo. Un gol precioso, de equipo, de fuerza, bien merecido.
Fue un gol que acabó con la moral de la biancoceleste, aunque, en todo caso, no frustró del todo las ganas de intentarlo del equipo de Inzaghi. En la otra portería, sin embargo, aparecen nuevas posibilidades. Lukaku a punto de lograr un hat-trick, pero Reina se interpone.Y luego mucho fútbol, de nuevo, hasta el minuto 94′. Handanovic no tuvo que hacer milagros, las sustituciones de Inzaghi intentaron aumentar el físico del ataque biancoceleste pero la defensa nerazzurra apagó cualquier fuego.
El Inter ganó, legitimando el 3-1, dejando el campo con tres puntos, el primer puesto, la conciencia de que el campeonato es largo, muy largo. Pero también de que este equipo es capaz de levantarse de las decepciones, de imponer una derrota a quienes venían de seis victorias consecutivas.
/Inter
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