El partido fue vibrante. Empezó fuerte el Leverkusen de Gerardo Seoane y ya en el primer minuto de juego Claudio Bravo tuvo que realizar dos intervenciones para mantener el empate. El protagonista del cuadro alemán de estas acciones fue Diaby. El futbolista visitante se marchó el velocidad de Montoya y se metió en el área. Primero dio un pase atrás para Andrich, que disparó a gol y el portero bético despejó y en el rechace, el propio Diaby se quedó ante Bravo, pero el meta chileno logró repeler el balón. Luego, en el minuto 6, una nueva llegada de Diaby por la izquierda acabó con pase para la llegada de Alario. El argentino se tropezó y no llegó a impactar disparo alguno. En el minuto 10 la pelota tocó en el larguero de la portería bética después de que la interceptara Bravo, puesto que después de unos rechaces y rebotes a un lanzamiento de falta lateral parecía que el balón se colaba.
Con el paso de los minutos y a base de apretar más en la presión al juego rápido de los alemanes, el Betis comenzó a tener más el balón. Montoya comenzó a anticiparse a Diaby para evitar que recibiera balones en carrera, aunque Frimpong, por la derecha, hacía sufrir a Miranda, al que le sacó una tarjeta amarilla. Fue en el minuto 24 cuando el equipo de Pellegrini tuvo su ocasión más clara para, después de todo lo que ocurrió en el área defendida por Bravo, adelantarse en el marcador. Borja Iglesias se revolvió fuera del área tras un pase en corto y probó el disparo lejano. Hradecky logró despejar, pero dejó muerta la pelota dentro del área. Aitor Ruibal llegó al rechace y parecía partir en posición legal, pero sólo delante del portero rival remató de forma muy defectuosa y no consiguió anotar el 1-0.
En el juego del Betis, Fekir estuvo muy tapado y fue objeto de una continuación de faltas en el centro del campo que no fue castigada con tarjeta amarilla, y salvo los primeros minutos, el equipo se mostró intenso y todos bastante participativos. Entre Pezzella y Edgar controlaron bien a Alario, el punta de referencia del equipo alemán.
En el descanso, Pellegrini comenzó a mover el equipo. Quitó a Miranda por la tarjeta amarilla, porque no hizo una mala primera parte en líneas generales, y dio entrada a Álex Moreno. También sacó del campo a un omnipresente Joaquín, bastante cansado, e introdujo a Diego Lainez, quien disputó sus primeros minutos de la temporada. El mexicano comenzó teniendo mucha vigilacia sobre él, ya que las tres veces que tuvo contacto con el balón en los primeros minutos siempre encaró a su par y éste necesitó de la ayuda del central o del extremo.
Comenzó más fuerte en esta ocasión el Betis, siguiendo la línea del tramo final de la primera mitad. Teniendo el balón. Y llegando con más claridad y poco a poco con más peligro a lameta rival. Al Leverkusen le costaba una barbaridad salir incluso de su campo, si no fuera con balones en largo, que los futbolistas béticos lograban detener. A conjunto alemán, que tuvo acciones realmente rapidísimas en los primeros cuarenta y cinco minutos, ya le costaba más hacer jugadas en el arranque del segundo tiempo.
Edgar estuvo inconmensurable en una acción por el centro del equipo visitante, que repelió por dos ocasiones y en la segunda hasta se atrevió a salir a un contragolpe que luego Borja Iglesias no terminó de concretar y Aitor Ruibal remató a las manos de Hradecky. Volvió a tener una ocasión clara el Leverkusen, con un centro de Frimpong que remató en primera instancia Bellarabi. La pelota iba al segundo poste donde se encontraba Alario, pero Pezzella repelió el balón y no llegó al delantero argentino. Seoane hizo sus primeros cambios y sacó a Wirtz y Schick por Adli y Alario. Y Pellegrini quitó a Aitor Ruibal para dar entrada a Juanmi.
Pero el partido iba a cambiar radicalmente. Esos cambios anteriormente reflejados se produjeron porque el encuentro se paró en una discusión entre Lainez y algún jugador del equipo alemán. Era falta a favor del Betis. Se botó al corazón del área y Frimpong, a la hora de despejar, tocó el balón con la mano. Todo el Villamarín pidió penalti. El árbitro polaco consultó con el VAR y fue a ver las repeticiones a la pantalla del campo. Tras varios instantes de desesperación, decretó el penalti. Lo lanzó Borja Iglesias y engañó a Hradecky. Gol, 1 a 0 y Heliópolis disfrutando. Quedaba todavía un mundo, el tanto del gallego, segundo consecutivo tras el que le dio el triunfo a su equipo el lunes en Vitoria, llegó con el minuto 75 cumplido.
Tanto fue así que el Leverkusen empató el partido. Posiblemente en una de las jugadas más tontas del partido en el área bética y tras un rechace al centro de William Carvalho a un centro de Diaby, Andrich remató desde su casa y la pelota rechazó en un futbolista del Betis, lo que despistó a Bravo e hizo que se colara en la portería bética. Animó la grada bética a sus jugadores, aunque el error del luso, posiblemente el único de los últimos partidos, fue grave.
En el descuento de cinco minutos, el Betis cayó en el juego tosco alemán y provocó muchas faltas que los futbolistas del Leverkusen no lograron concretar. En prácticamente la última acción del partido, Bravo salvó el 1-2 tras jugada personal de Demirbay, quien se coló por el centro del área tras algún recorte.
Con este empate, Leverkusen y Betis siguen liderando la clasificación del grupo con 7 puntos. El choque de dentro de quince días en el BayArena de la ciudad alemana se antoja de nuevo clave para el desarrollo de la clasificación para la siguiente fase de la competición continental.
/Sevillano
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