Llega en buen momento el partido para los béticos. Emery ha convertido al Villarreal en el rey del empate: Doce, más que el Huesca
Hay un antes y un después del Villarreal con Manuel Pellegrini en su banquillo. Un antes irrelevante y un después tratando de recobrar el esplendor perdido de la mano del chileno, aquel que le llevó a una semifinal de la Champions en 2006. Lo importante no fue ni su pasado ni su futuro sino el presente que durante un lustro vivió con el hoy entrenador del Real Betis, con su rival de mañana. Ahora es el «enemigo público» número uno para el chileno, a tenor de lo que apuntó ayer.
«Partido de seis puntos», lo calificó Pellegrini, por si alguien esperaba encontrarse con aquello del «será un enfrentamiento muy difícil» o «si perdemos quedará aún mucho campeonato» con que los entrenadores le ponen el parche a su equipo antes de que le salga el grano de la derrota. Al preparador verdiblanco le seduce el quinto puesto que ahora ocupan los castellonenses y va a por él. No eran cuentas de la lechera las que hacía ayer: «Si ganamos nos ponemos a tres puntos y si perdemos se nos van a nueve» Su quiniela no contempla el empate, que para algo es, junto al Atlético y el eterno, el equipo que menos tablas concede. Cara o cruz.
Escribo cuando aún no se sabe si podrá contar el técnico con Borja Iglesias, el hombre pegado a una barba y a una racha goleadora. Cuatro goles lleva en los últimos partidos. También es mala suerte que se esté durante meses fetén de salud sin oler el gol y que cuando empieza a enchufarlas en serie le sobrevenga una microrrotura o una «minimolestia» de las que te borran de la pizarra.
Llega en buen momento el partido para el Betis. Unai Emery ha convertido a los suyos en reyes de la igualada. Doce llevan, más que el Huesca, tapón piscinero de la tabla. De los últimos cinco partidos sólo ha ganado uno y en la clasificación, esa que Pellegrini mira como niño ante escaparate pastelero, vive de aquellos comienzos ligueros en los que el submarino amarillo esquivaba las cargas de profundidad ajenas y acertaba con todos los torpedos propios. Mandarlo al fondo mañana es la prioridad, Betis, que ya vendrán otros a socorrer a los supervivientes.
/Escrito por Francisco Pérez para SevillaABC
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