El equipo de Gustavo Costas cumplió en el inicio y se trajo tres puntos desde Paraguay.
Con un ojo en la definición de la Copa de la Liga, donde está obligado a ganarle el domingo a Lanús para seguir con chances, Racing inició su camino en la Copa Sudamericana. Por más de tratarse de la competencia que será prioridad para Costas, el contexto lo obligó a debutar en Paraguay con un equipo mixto, sin Juanfer Quintero como máxima referencia pero sí con Maravilla Martínez, hoy la individualidad más importante de la Academia.
El DT tenía que cuidar piernas y, de lo posible, liquidar rápido a Sportivo Luqueño para seguir cuidando jugadores. El plan le salió redondo: hizo los goles en el primer tiempo, el segundo lo reguló y llegará fresco al fin de semana.
Tan superior se sintió y se mostró Racing cuando jugó a fondo que terminó dejando una imagen deslucida de manera injusta e innecesaria. En los primeros 45 minutos, cuando el partido todavía tenía paridades, el visitante fue el dueño absoluto del juego. Desde la buena distribución de Sosa y la lucidez de Almendra, el equipo de Costas encontró muchos espacios ante un equipo limitado. De inicio nomás, Baltasar dejó mano a mano a Maravilla y definió al palo. Raro, porque el ex Instituto no suele fallar. De todas formas, esa jugada no bajó su autoestima. La Academia siguió jugando con la pelota y sin desesperarse. Sabía que los goles iban a llegar de un momento a otro. Y lo hicieron sobre el final. A los 42’, Almendra volvió a dejar solo al goleador y esta vez fue gol. Maravilla la punteó ante la salida del arquero y puso el merecido 1-0. Los paraguayos sintieron el golpe, intentaron adelantarse y tres minutos después llegó el segundo. Desborde a pura potencia de Galván (entró por el lesionado Martirena), centró para Maravilla y habilitación para Roger. El colombiano, en su vuelta y en la única clara que tuvo, mostró toda su jerarquía. Hizo una pausa dentro del área chica, dejó en el césped a un central y al arquero, y definió para liquidar el partido.
Con dos goles de desventaja, Luqueño quedó demasiado lejos y Costas aprovechó para seguir cuidando jugadores de cara a Lanús. Sacó de inicio a Mura y Almendra y pagó el costo. Sin el ex Boca, la visita perdió la pelota y ya no pisó fuerte en su lugar. Con Zuculini, volante más de marca, la Acadé se quedó sin conductor y con poco sufrió algún ataque del local,que de haber tenido más jerarquía en los últimos metros podría haber descontado.
Racing terminó jugando con el reloj y sin preocuparse por la imagen que iba dejando. Con los tres puntos en el bolsillo y la mente en el torneo local, hizo su trabajo en apenas 45 minutos y con eso le alcanzó para debutar con triunfo en la Copa Sudamericana. Y, lo más importante para Costas, es que pudo administrar energías.
/Ole
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