Con la número 19 y como volante por izquierda, el chileno Matías Campos Toro jugó los 90 minutos en el empate sin goles de Lanús y su equipo, Arsenal de Sarandí. El ex Audax Italiano pudo haber roto la paridad con un cabezazo en el minuto 47´, que fue muy bien contenido por el arquero Monetti.
BUENOS AIRES.- Un castigo en su medida justa. Ni más ni menos. Lanús y Arsenal jugaron un pobre encuentro y se quedaron con las manos prácticamente vacías. O con sabor a nada. Un punto por bando y dos que a futuro podrían necesitarse cuando se cuenten como se lo hacía antaño con las monedas para el colectivo. Entre limitaciones compartidas, el partido resultó una invitación a una larga siesta de domingo que, a la luz de lo que se vio en la cancha, quienes la eligieron la habrán disfrutado especialmente.
En tren de merecimientos, fue el Granate el que intentó un poco más desde el vértigo que suele imprimirle Lautaro Acosta . Pero sin un socio acorde -ni Melano ni Benítez estuvieron en su sintonía-, el Laucha quedó muy aislado. Huérfano de un socio, cada diagonal o desborde que generaba Acosta chocaba contra un rocoso muro de contención que interpuso el conjunto visitante. Sin embargo, los del Viaducto tuvieron la ocasión más clara. Damián Pérez convirtió un gol que Mauro Vigliano invalidó a instancias del juez de línea Uziga. Una polémica, la única en 90 minutos que irán a parar al olvido.
Lanús, es verdad, no logra desplegar la promesa de juego asociado que propician los mellizosBarros Schelotto y así ve cómo se le escurren de las manos partidos favorables para dar el salto de calidad. Y Arsenal es una incógnita que se agiganta y coloca a Martín Palermo en zonas turbulentas. Los de Sarandí aún no lograron ganar en el torneo y con argumentos tan pobres da la sensación de que todo se les hará cuesta arriba.
Acaso como factor accesorio colocar en la balanza, hay que darle un lugar al intenso calor. Sin embargo, las altas temperaturas no son suficiente excusa para intentar dar tres, cuatro o cinco pases seguidos. Es decir, lograr una de las máximas del fútbol: entregarle el balón a un compañero para llegar lo más rápido al arco rival. En la tarde ayer, con ese axioma fuera de circulación, los dos equipos del Sur quedaron en deuda no sólo con sus hinchas sino, especialmente, con el fútbol.
/Cancha llena
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