A veces podrá parece un Superhéroe cuando vuela y saca pelotas increíbles, pero no es un todopoderoso.
Así como en muchas oportunidades salvó a la Academia con actuaciones descollantes, a puro reflejo, también puede incurrir en errores. De eso se trata el fútbol, claro. Y nadie está exento. Gabriel Arias, el hombre que casi nunca falla en Racing, el martes por la noche patinó: fue contra San Pablo, en el empate 1-1 en la ida por los octavos de final de la Copa Libertadores. Y el neuquino nacionalizado chileno se hizo cargo. Dio la cara a través de las redes sociales.
«Equivocarse es parte del juego y esta vez me tocó fallar a mí. Por suerte, el equipo estuvo a la altura y seguimos en carrera. Vamos con todo para lo que viene @RacingClub», escribió el arquero en un posteo en su cuenta de Instagram (@gabrielarias_21). Gabi no tuvo la reaparición en Racing que anhelaba, después de perderse la pretemporada por integrar la selección de Chile (junto a Eugenio Mena) en la Copa América, donde no sumó minutos como suplente de Claudio Bravo.
Su mala respuesta se originó a los 35 minutos del primer tiempo del encuentro desarrollado en el Morumbí. Welington le ganó la posición a Juan José Cáceres, lo desbordó y mandó un centro desde la izquierda que no llevaba peligro. Arias intentó embolsar la pelota luego del pique, pero se le escapó increíblemente, Vitor Bueno aprovechó el rebote y sólo debió empujarla. Fue un error grosero que dejó expuesto al guardavalla, capitán de la Academia y uno de los líderes.
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