Nada es fácil en la Copa Libertadores. Ni ayer ni hoy ni mañana. Nada resulta sencillo con el VAR de por medio, que llegó para aportar justicia y genera enredos porque, en definitiva, lo manejan personas. Y River, el River de Gallardo, lo conoce a la perfección.
Otra vez el VAR fue protagonista en la madre de todas las copas en general y con River en particular. Porque en un primer tiempo en el que el equipo de Gallardo no tuvo la lucidez necesaria para desequilibrar a Nacional, hubo tres intervenciones del video análisis que resultaron determinantes. Primero, por una mano de Laborda, zaguero uruguayo, que acertaron en no sancionar como falta. Al ratito, en el penal que el colombiano Rojas sancionó -y le ratificaron desde el VAR- por un leve contacto de Oliveros a Matías Suárez (Rochet le atajó el remate a Borré y sobre el final, cuando el propio Suárez convirtió un muy lindo gol que fue invalidado porque partió -por centímetros- en posición adelantada.
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