En Paraguay, el equipo dirigido por Demichelis se quedó con los tres puntos y es el líder del Grupo H de la Copa Libertadores.
Podrá bajar considerablemente su nivel después de marcar el primer gol. Podrá perder tanto la pelota hasta sufrir de más, contra un rival que tuvo en las ganas a su principal argumento. Podrá quedar largo y dejar de atacar. Pero River, este River que en la Libertadores suma puntaje perfecto y dio un paso muy importante pensando en la clasificación a octavos, tiene jerarquía, calidad en sus individualidades. Y Franco Mastantuono, una de ellas, solucionó en una jugada y un remate de derecha una noche paraguaya que por momentos asomó complicada y difícil. Fue por él que el equipo de Martín Demichelis se trajo un triunfazo contra Libertad, rival al que le abrió una brecha de seis puntos…
El premio de quedar como líder del grupo y tercero en la tabla acumulada termina siendo más que la justificación de River para conseguirlo. Porque si hasta el gol de Solari venía pasando por encima a su rival a base de buenas y rápidas asociaciones, aperturas del campo y toques a Barco y Echeverri a las espaldas de los volantes, luego del mismo pareció olvidarse de todo eso para ceder la posesión y defenderse en un peligroso bloque bajo.
Teniendo en cuenta que no se trataba de un partido fácil desde lo emocional después de la dura derrota en el superclásico, en eso pudo haber influenciado la poca efectividad mostrada en esos 34’ de muy buen juego: el arquero Morínigo fue figura con grandes atajadas a Aliendro, Herrera y Enzo Díaz y el equipo tampoco pudo terminar algunas jugadas en las que quedó incluso con superioridad numérica en ataque. Un problema que viene mostrando en este 2024 y que sin dudas es un punto a corregir pensando en instancias más avanzadas de la Copa.
Eso, sobre todo contemplando que a Libertad -como muchos de sus rivales- le costó bastante poco hacer el gol del empate: tan solo había tenido un débil remate antes del cabezazo de Espinoza tras un corner. Uno que River particularmente marcó bastante mal: en zona (todo un peligro ante un equipo paraguayo), un Borja a quien le costó el partido y estuvo bastante errático en definiciones y controles no saltó ni molestó al autor del tanto.
Después, más allá de una levantada en el volumen de juego y una muestra de carácter que servirá para encarar mejor estas dos semanas de mini receso que tendrá el plantel hasta el próximo partido (Nacional, el 7/5), la noche del Defensores del Chaco dejó algunas impresiones repetidas de los últimos partidos. La primera, que luego de su flojísimo superclásico, Herrera volvió a dejar dudas en el lateral derecho, con fallas en la marca, poca efectividad en cada una de sus subidas y hasta un rechazo que le quedó en los pies a Tacuara Cardozo en el área chica (se fue por arriba).
La otra, que los masivos cambios de Demichelis desarmaron a un equipo que empezó a quedar mal parado: sin Aliendro, el ingresante Fonseca se encontró con un campo muy extenso a sus costados (Nacho Fernández y Lanzini no lo ayudaron tanto en la marca) y River sufrió ante un Libertad que se acercó a Armani, pero pecó de efectivo. Por momentos, pareció caminar por la cornisa y hasta estar cerca de complicar una clasificación que hoy asoma allanada.
Pero lo sacó adelante. Bancó cuando tenía que bancar, salió del fondo cuando olió que podía hacer daño (bien Lanzini con sus pases largos) y se terminó encontrando con un gol de pura jerarquía. Ganar es clave, y River lo hizo por las virtudes de Mastantuono…
/Ole
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