El arquero chileno reapareció y fue prenda de garantía para la Academia, que necesitaba ganarle por tres goles a Nacional de medellín y se impuso por 3-0 (5-4 en el Global)
¡Había que jugarlo así, Racing! ¡Con el alma, la mente fría, el pecho caliente! Había que plantarse así, con dientes apretados, con mucho hambre. Con la determinación de revertir la serie y también con fútbol. Con inventiva, sin dejarse llevar por la ansiedad ni perder el eje. Los hinchas de Racing se sintieron representados por esta Academia que fue contundente, sólida en el fondo, con figuras destacadísimas como Ojeda y Roger Martínez. ¡Qué partidazo jugaron! ¡Qué insolencia de Trapito y qué calidad de Roger! Hubo, sí, momentos de zozobra cuando Gabriel Arias sintió una molestia y Pintita ya había agotado las variantes. Racing le ganó a Atlético Nacional y se metió en los cuartos de final de la Copa Libertadores. ¡Con huevos y claridad dio vuelta una serie bravísima!
Salió como era de esperar Racing. Con todo. Todo es fiereza en busca del primer gol, con Leonardo Sigali y Gonzalo Piovi parados en la mitad de la cancha, con un posicionamiento alto que le permitía recuperar rápido la pelota apenas la perdía. Cuando muchos imaginaban que Fernando Gago pondría un 3-4-3, eligió un 4-3-3 que le dio mucha agresividad por los costados.
El técnico acertó con el ingreso de Agustín Ojeda por la banda derecha, donde fue indescifrable para su marcador: le ganó con desborde, cuando enganchó hacia adentro fue peligroso, tocó la pelota con mucho criterio y mandó buenos centros. El jugador más atrevido, con mayor frescura, por lejos demostró que debe ser titular. Racing fue preferentemente por ese sector, tratando de lograr superioridad numérica que muchas veces consiguió en triangulaciones entre Trapito, Tobías Rubio y Jonatan Gómez.
También, como era de suponer, el desafío de la Academia sería no perder la paciencia. Intentar distraer con el balón hasta generar el espacio frente a un rival que se replegó muy cerca de su arquero, con una defesa cerrada que, de todos modos, perdía con asiduidad por los extremos. Tuvo Atlético Nacional algunos pasajes en los que zafó de la presión de Racing al adelantarse unos metros y administrar la pelota en campo ajeno. Pero su plan madre era defender, aguardar por una contra, pelota parada o envío largo para que la aguantaran arriba Duque y Cantera. Procuro descansar desde la riqueza técnica de Deossa. No tuvo el Verde chances de gol claras, se repitió en envíos largos improductivos.
La Academia insistió. Fue con el corazón. El gol de Roger Martínez, luego de un gran centro de Gabriel Rojas desde la izquierda, le dio más ilusión. Su postura no varió. Siguió atacando con perseverancia. Impulsado por el ímpetu de Roger, que a sus ganas le agrega jerarquía. Luchó, se fajó con Zapata, descargó bien. Y con Ojeda cada vez encendido, que hizo el gol que llevó al partido a los penales. Quedará en su memoria esa corrida de Trapito con definición impecable por entre las piernas de Castillo.
LA OVACIÓN PARA TRAPITO OJEDA Y ROGER MARTÍNEZ, LAS FIGURAS DE #RACING 🔥👏🔝pic.twitter.com/fDb7Cuas7O
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El mazazo que recibió Nacional y lo liquidó
RACING PASÓ A CUARTOS DE FINAL y ASÍ LO VIVIÓ EL CILINDRO pic.twitter.com/o7LUZLUhbR
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Tras el 2-0, Nacional salió del fondo y eso le dejó huecos a la Academia. El equipo de Gago, impulsado por su gente y su voracidad, aceleró por el tercero. Y cayó, después de otro desborde tremendo de Ojeda, la guapeada de Roger Martínez mandó el centro por bajo y el tanto en contra de Juan Aguirre. Gago colocó a Santiago Quirós por Gabriel Hauche y armó una línea de cinco para cuidar más el resultado. Sufrió las bajas de Ojeda y Roger Martínez, ambos con molestias musculares, aunque no padeció en su arco. Como en toda la noche. Una noche de suma tranquilidad para Gabriel Arias. Porque la defensa, a diferencia de los errores cometidos en Medellín, se reivindicó una noche.
Se hizo un partido de ida y vuelta por momentos, con el mediocampo con transición rápidas para los dos. En el último tramo Racing se retrasó pero Nacional fue un equipo tibio en ofensiva. Racing manejó los tiempos del encuentro y hasta pudo hacer algún gol más de no ser por la mala definición de Baltasar Rodríguez.
Con el corazón, rebeldía, enorme actitud, poder ofensivo. Y por sobre todas las cosas, porque siempre creyó que podía darlo vuelta. Ahora, que se venga Boca en los cuartos de final.
/Escrito por Nicolás Montalá para Racing de Alma
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