
Felipe Loyola fue el mejor jugador de la cancha, Luciano Cabral también hizo un buen partido, pero Pablo fue el héroe con su doblete (el segundo gol en los descuentos) para el 2-1 del Rojo que lo mantiene con vida en el torneo continental
Gran triunfo de Independiente en Avellaneda. El Rojo recibía a Boston River con el objetivo de sumar su primer triunfo, recuperarse de la caída sufrida con Nacional Potosí, y encaminarse en la Sudamericana. Lo cierto es que el encuentro no fue fácil, pero el equipo se quedó con una victoria merecida en el final.
El arranque fue un poco lo que se esperaba. El local jugó con la pelota al pie, buscando conectar pases y así dañar al rival. Los uruguayos, por su parte, pusieron dos líneas de cuatro y presionaron en la mitad de la cancha para cortar la fluidez del juego del más grande, y lo lograron.
Luciano Cabral y Felipe Loyola, visiblemente incómodos, no pudieron hacer pie en el mediocampo, e Iván Marcone se vio constantemente solo y obligado al pase largo para no perderla en una posición peligrosa. Esto hizo que Santiago Hidalgo, Santiago Montiel y Gabriel Ávalos queden totalmente desconectados, más allá de la falta de precisión con la pelota en los pies.
Los primeros 45 minutos se resumieron, sobre todo, en las subidas de Álvaro Angulo, el único sobrio tanto en defensa como en ataque. Tal fue así que la mayoría de las jugadas de Independiente se originaron por su banda, más allá de que Ávalos casi pone el 1-0 de cabeza tras una combinación que se dio por la derecha.
Para la segunda mitad, Julio Vaccari mandó a la cancha a Lautaro Millán y a Pablo Galdames por Federico Vera e Hidalgo. Esto le dio otro aire a Independiente, y consecuentemente otro funcionamiento.
Desde el parado en el mediocampo, el Rojo fue ese que nos acostumbra los fines de semana, y comenzó a asediar a Boston River. El arquero comenzó a ser protagonista para mantener el 0 en el arco uruguayo, hasta que no pudo.
Cuando el rival empezaba a levantarse y asomaba con una recuperación, llegó el golpazo. Cabral jugó una pelota aérea hacia adelante que Ávalos bajó muy bien para Galdames. El chileno, solo de cara al arco, controló y definió al segundo palo para darle el triunfo al Diablo.
Independiente era mejor, y hasta hacía méritos para irse 2-0. Cabral tuvo otra tras un quite de Montiel, pero la definición se fue ancha. Más adelante, Loyola casi pone el segundo tras una gran jugada colectiva, pero la pelota se le fue larga.
Y esa falta de precisión en los últimos metros, el Rojo la pagó cara. A cuatro minutos del final, y tras un despeje, apareció Facundo Muñoa desde atrás para darle el empate a la visita.
Baldazo de agua fría para los de Avellaneda.
Afortunadamente, aún quedaba tiempo, e Independiente salió con mucha voracidad a buscar el triunfo de vuelta. Así fue que, por la derecha, Millán tocó para Loyola y el chileno envió un buscapié. En el área apareció nuevamente Galdames para controlar y poner el 2-1 tan agónico como definitivo.
Con la victoria y apenas algunos minutos de adición, todo se encaminaba para que la noche termine de la mejor manera. Así, cuando el árbitro pitó el final del duelo, Independiente se llevó un triunfo importantísimo. Le costó, lo batalló, y cuando parecía que se quedaba con muy poco, se recuperó y se llevó todo. El Rojo se metió en el grupo con un gran triunfo y ahora mira de otra forma la Sudamericana.
/Infierno Rojo.Fotos: twitter Independiente y Boston River. Video:DSPorts
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