Faltando 10 minutos, todo parecía indicar que lo ganaba Ñublense, que se había puesto 2-0 con goles de Cerezo y Mateos. Pero vino el descuento de Asta-Buruaga y en los descuentos la igualdad conseguida por Valencia
Como propio se celebró en San Carlos de Apoquindo el gol de Pedro Sánchez en el minuto 83´en el estadio Nicolás Chahuán. Porque, con ese empate entre Unión La Calera y Colo Colo, se abrián las puertas para que Universidad Católica acortara distancias con los dos punteros del campeonato.
El millar de hinchas cruzados no se imaginaba a esa altura lo que iban a sufrir en los minutos restantes cuando comenzara a rodar la pelotita en la cancha de la Precordillera.
Porque Ñublense le dio muchísimos más problemas de los presupuestados a los dirigidos por Gustavo Poyet, que una vez más – hay que decirlo- futbolísticamente no hicieron un buen partido.
El cuadro chillanejo con un planteo muy interesante primero logró controlar a Universidad Católica y luego lo complicó en ataque, con dos figuras fundamentales: Roberto Gutiérrez y Nicolás Guerra. Aunque no se hicieron presentes en el marcador, ambos fueron un problema insoluble para la zaga local. El «Pajaro» aguantando la pelota ariba y dándole un respiro a su agobiada defensa y el ex Universidad de Chile corriéndolas todas, incluso hasta sin zapato, como occurrió en una jugada cerca del final.
DOS JUGADAS QUE MARCARON EL PARTIDO
La primera fue el gol de Bernardo Cerezo en el minuto 42, culminando con un tiro al segundo palo una jugada en la que participaron varios compañeros, siendo especiamente destacado el lateral Jovany Campusano, que se proyectó por la izquierda y sacó un muy buen centro al área.
Importante, porque si Ñublense ya se sentía muy conforme con el empate sin gol, es de imaginar lo que significaba retitrarse al descanso con una ventaja a favor.
Y la otra jugada importante ocurrió exactamente al minuto de juego del segundo tiempo. Resultó tan sorprendente que hubo que ver varás veces repetidas la acción para aceptar que era Fernando Zampedri el que, solo frente al arco y en área chica, mandó la pelota afuera. Tal vez le picó mal la pelota, quizá iba con mucha vilencio el centro de Juan Leiva, pero lo cierto es que perdonó el delantero que nunca perdona.
PARECIÓ PARTIDO LIQUIDADO
Porque si en esta jugada falló su artillero máximo, a los 67 minutos el que se equivocó fue su arquero.Un centro arrastrado que no parecía presentar problemas para el Zanahoria Pérez, se le escapó de las manos y se la dejó servida a Federico Mateos para que anotara el segundo gol.
Considerando lo que le costaba a Universidad Católica, pese a su dominio, acercarse al arco de Nicola Pérez, muchos pensaron que el partido estaba definido y Universidad Católica perdería su condición de invicto en San Carlos de Apoquindo.
Sin embargo, este equipo cruzado hace largo rato que dejó atrás el mote de «pechos fríos» con los que alguna vez lo bautizaron burlonamente los hinchas rivales.
Por lo mismo, «poniendo huevos» como le gusta decir a los futbolistas, lograron revertir lo que parecía una derrota inevitable.
LOS GOLES DEL EMPATE
Ambos fueron un fiel reflejo de las virtudes que mostraron los cruzados para evitar la derrota: mucho corazón y poco fútbol.
El descuento llegó a los 80´luego que un tiro libre de Marcelino Núñez rebotara en el poste derecho del arco de Nicola Pérez. Atropellaron varios jugadores y fue finalmente Tomás Asta-Buruaga el que la mandó adentro.
Y el empate definitivó llegó en el minuto 87´, otra vez conseguido en base a garra. Porque la pelota cruzó un par de veces el área chillaneja, lo empalmó finalmente José Pedro Fuenzalida y en la boca del arco arremetió Diego Valencia para mandarla adentro.
¿PUNTO GANADO O DOS PUNTOS PERDIDOS PARA U.CATÓLICA?
Las dos cosas.
Punto ganado, por la forma como se pudo llegar finalmente al empate, cuando el partido ya parecía perdido. Demostrando, entre otras cosas, que a este equipo le sobra garra, empuje y amor por la camiseta. Porque esos fueron los factores que tiró el elenco cruzado al campeon de juego para revertir un 0-2 a tan alta altura del partido.
Dos puntos perdidos, porque un equipo que aspira al tricampeonato no puede seguir dejando puntos en el camino. Y menos en su casa. Especialmente cuando se entra a jugar a sabiendas que Unión Calera y Colo Colo no habían sumado de a tres. Y este empate también ratifica lo que ha sido un problema insoluble para Universidad Católica: ha perdido fútbol, dejó de ser el equipo que le pasaba por encima a todos los adversarios y en eso mucha responsabilidad la tiene, sin duda, Gustavo Poyet.
/por Nissin Alvo Rodríguez. Fotos: Twitter Universidad Católica y Ñublense
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