Los de Anfield habían sacado una ventaja de 3 a 0, pero los Spurs reaccionaron y empataron en el segundo minuto adicional. Sin embargo, todavía quedaba tiempo para un gol más y el técnico alemán terminó desgarrado por su efusivo festejo.
La Premier League volvió a entregar un espectáculo cargado de tensión, suspenso y goles. Por la semana 34 del certamen británico, el Liverpool derrotó 4 a 3 al Tottenham en Anfield, en lo que significó uno de los duelos más destacados de la jornada.
El choque comenzó con el prematuro gol de Curtis Jones, quien antes de llegar al tercer minuto culminó una gran acción colectiva que inició Cody Gakpo, continuó Mohamed Salah y siguió con el preciso centro que envió Trent Alexander-Arnold para que el volante festejara ante el desesperado intento de Fraser Forster de despejar el peligro.
Unos instantes después la sociedad compuesta por el egipcio y el neerlandés volvió a vulnerar a la defensa de los Spurs, aunque en esa ocasión el que celebró la conquista fue Luis Díaz. El grito del colombiano fue una representación de la agresividad con la que había salido a jugar el dueño de casa su compromiso.
Antes del primer cuarto de hora, el Cuti Romero derribó a Cody Gakpo dentro del área y el árbitro Paul Tierney no lo dudó: penal. Desde los doce pasos, Mohamed Salah acarició la pelota a la red y transformó el triunfo en goleada.
Sin embargo, el combinado liderado por Ryan Mason reaccionó a fuerza de su máximo referente. Una escapada de Ivan Perisic fue suficiente para que Harry Kane marcara el primer descuento.
En el complemento el Liverpool se durmió con la ventaja de dos, y tanto Son Heung-Min como el Cuti Romero amenazaron con dos intervenciones que dieron contra los palos. El Tottenham no se resignaba. Justamente, cuando faltaban poco menos de 15 minutos para el final, el central campeón del mundo con Argentina abasteció al coreano y el dramatismo invadió Anfield: 3-2.
El cierre fue de película. En el segundo minuto adicional Richarlison selló el 3 a 3, en lo que parecía ser una repartición de puntos agónica que le permitía a los Spurs festejar el empate como si fuera una victoria. Un delirio generalizado que silenció al mítico estadio instalado en la tierra de los Beatles.
Lo que nadie iba a imaginar era que en la escena siguiente Lucas Moura iba a protagonizar un error inexplicable, con falta de concepto, que facilitó el trabajo de Diogo Jota en el 4 a 3 definitivo. Un grito que terminó con una reacción insólita de Jürgen Klopp, quien se descargó con tanta fuerza que terminó con un desgarro en la cara posterior de su muslo izquierdo. En el show del Reino Unido pasó de todo. Lejos del título que solo se lo disputan el Manchester City y el Arsenal, el Liverpool y el Tottenham entregaron un pleito histórico que podría definir su futuro en la próxima competencia: ambos buscan la clasificación a la Liga de Campeones. Pero por el momento se conforman con la Europa Legue.
/Infobae
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