Tras 323 días alejado de los terrenos de juego, el joven delantero azulgrana ha vuelto a jugar un partido luciendo el dorsal que dejó huérfano Leo Messi y ha marcado el 3-0
No podía haber soñado mejor regreso. Ansu Fati, que se lesionó el pasado 7 de noviembre en un Barça-Betis, dejó atrás 323 días de ausencia y tres operaciones para volver por la puerta grande. En el minuto 60, la grada empezó a corear el nombre de Ansu Fati cuando éste saltó a calentar. El joven delantero, que estaba ansioso por entrar al campo, respondió al cariño de la gente con aplausos.
Tras varias ovaciones, el estallido llegó en el minuto 81, cuando Alfred Schreuder, el ayudante de Koeman que hoy ocupaba su puesto en el banquillo por la sanción de Ronald, dio las instrucciones para que Ansu ingresara en el terreno de juego en lugar de Luuk de Jong. Solo había 35.334 espectadores, pero la sensación fue que el Camp Nou estaba lleno a reventar. El momento, no solo era especial para Ansu, que respondía a la afición tocándose el escudo y el corazón, sino también para su familia. Su padre, su madre y sus hermanos grababan el momento, no solo de un regreso muy esperado tras tantísimo sufrimiento, sino también porque en la espalda lucía el 10 que había dejado huérfano Leo Messi.
Solo cuatro minutos después de haber entrado en el campo, Ansu volvió a poner en pie el Camp Nou con una acción individual desde la izquierda que acabó en córner. De inmediato, repitió y se marchó por velocidad de dos de sus rivales y reclamó penalti por un derribo de Pablo Martínez. Pese a que pidió al árbitro que revisara la acción con el VAR, el colegiado hizo seguir la jugada.
Pero lo mejor de Ansu estaba por llegar. En el minuto 90 -el árbitro añadió cuatro más-, el joven delantero recogió un balón cerca de la frontal del área y, tras recortar a Miramón, disparó con la derecha para sorprender a Aitor Fernández, al que pilló a contrapié.
Ansu enloqueció y sus compañeros acudieron en masa a alzarlo, señalándole como el nuevo líder del equipo. Tras el momento del subidón, y una vez bajadas las pulsaciones, Ansu acudió directo a la zona del banquillo para abrazarse con el doctor Lluís Til, uno de los que ha estado siempre a su lado en los momentos duros desde la discreción, y también miró hacia la zona donde estaban todos sus familiares, que, como el resto de la grada, no cabían de gozo ante un regreso así. Fue el retorno soñado del nuevo ’10’ e ídolo del FC Barcelona.
/MundoDeportivo
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