El triunfo de los belgas por 2-0 ante Rumania dejó a los cuatro integrantes del Grupo (Eslovaquia y Ucrania son los otros dos) con tres puntos y todo se define en la última fecha
Bélgica se sobrepuso al gafe de Lukaku, al que el VAR anuló un nuevo gol esta Euro -ya van tres-, y tumbó a Rumanía en un enérgico partido de ocasiones y buenas intervenciones de ambos porteros.
Fue De Bruyne el que se ajustó la pajarita en la segunda parte para exhibir su repertorio. La selección rumana fue combativa, pero le faltó la efectividad del primer día. Por diferencia de goles, los diablos rojos se colocan en segunda posición de un grupo muy interesante con empate a tres puntos de los cuatro equipos.
Después del desalentador debut de Bélgica con la derrota ante Eslovaquia, Tedesco cambió de sistema y metió cuatro cambios en el once: Vertonghen, Theate, Tielemans y Lukebakio. Pero lo que realmente agitó a los diablos rojos eran las apariciones de Doku, en la banda izquierda.
Bélgica espantó los fantasmas antes de que se aparecieran de nuevo. Doku encontró a Lukaku dentro del área y el delantero se apoyó en Tielemans que llegaba de cara y que alojó el balón en la red con un disparo colocado que no pudo bloquear Burca.
La Rumanía desatada del primer día intentó reaccionar más por puro instinto que por poderes, que en ocasiones es bastante efectivo para reaccionar tras un golpe. Dragusin remató de cabeza un gran centro de Marius Marin y Casteels se suspendió en el aire para desviar a córner la trayectoria del balón.
Rumanía respiraba por los pulmones de Man o Mihaila que, recién comenzada la segunda mitad, pudieron establecer el empate en sendos contragolpes. Con el partido en versión ida y vuelta emergió De Bruyne, para pasar, chutar y asistir. Su pase a Lukaku en el gol anulado por el VAR rimaba en consonante. Tan ajustada era la posición adelantada del delantero belga, que Rumanía celebró la decisión del VAR como un tanto propio. Y fue Casteels el que evitó un gol cantado de Man en otra indecisión de Onana en el centro del campo. El portero belga, bajo sospecha por la ausencia de Courtois, cerró la noche con un saque largo con el pie que acabó en gol. Un defensa peinó hacia atrás y De Bruyne finiquitó el partido.
/Escrito por Fernando Álvarez para Marca
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