El inglés ejerce de ariete en el Power Horse y firma dos tantos para remontar la diana del ex madridista Arribas. Vinicius, con el 1-3, completa el buen arranque de los blancos
Es fiesta. Juega Bellingham. El inglés sumó en Almería otra actuación dominante, aportando exactamente lo que el Madrid necesitaba. Dijo Ancelotti en pretemporada que podía jugar como falso 9, pero no advirtió que podría hacerlo como ariete hecho y derecho, superando el impacto de Cristiano Ronaldo al aterrizar en el club blanco. Dos goles para remontar el tanto inicial de un Almería valiente pero tierno aún en un duelo sofocante, insano.
En el mes de agosto, caminar por Almería antes del anochecer es una actividad de riesgo. Botellín de agua, abanico y evitar las zonas de sol son más que recomendables para evitar un vahído. Dos partidos ha jugado el equipo indálico a las siete y media de la tarde, con una sensación asfixiante. Si quieren castigar a un equipo – o los dos -, ponen prontito un choque en el Power Horse Stadium y se sientan a la sombra para ver cómo se ahogan los deportistas. Se dice porque no se notó demasiado en un primer tiempo a todo trapo, y porque se juega con la salud de los futbolistas, claro, pero también de los espectadores.
Queda formulada la consideración en un duelo que el Almería planteó con acierto. Se adelantó aprovechando una pérdida, buscando la espalda de un lateral para salir y la del otro para rematar. Porque el Madrid de este año coloca a sus laterales como extremos. Robertone salió en diagonal por la derecha, buscó la espalda de Valverde y metió un caramelo al área, donde apareció Sergio Arribas, que aplicó la ley del ex. Picó con la cabeza y a la jaula.
Pese al castigo, el Madrid reaccionó con vigor. No apareció Camavinga, sobrecargado, y en su lugar entró Kroos, que resta velocidad pero suma precisión. Desde el centro del campo empezó a imponerse el equipo blanco, y quien empezó a aparecer fue Bellingham. Como Vinicius y Rodrygo tienden a abrirse, el inglés ataca el espacio entre centrales como un avión. Avisó tras un pase atrás de Carvajal, que está como en primavera, y al segundo igualó el partido. Sirvió el 2, cabeceó de lejos Valverde y Jude resolvió desde cerca, en posición dudosa. Akieme rompía el fuera de juego.
El empate asentó al Madrid que mandó hasta la pausa de hidratación, a la media hora. Desde entonces hasta el descanso fue el Almería quien se instaló en campo contrario, con sus rivales abriendo la boca en buscas de oxígeno. Lunin sacó una mano extraordinaria a Baba, Rudiger evtó un gol de Ramazani tras error en la salida de Rodrygo,
Y pese al agobio, los de Ancelotti pudieron ganar el descanso con 1-2. Lo hizo Kroos con el putt, colocando junto al poste un pase atrás de Carvajal, que había pisado en el inicio de la jugada a Akieme. Lo destapó Prieto Iglesias en el VAR. A vestuarios.
Como en el final del primer acto, el Almería buscó las cosquillas al Madrid en defensa. Como los centrales se hundían y a los medios les costaba salir, Robertone probó desde lejos y Ramazani desde cerca. Aspectos que tendrá que mejorar el equipo de Ancelotti, que sin embargo tiene un filón con el 5 a la espalda. Bastó que Toni Kroos controlara libre en zona de medios y que Bellingham tirara el desmarque de ruptura para que ambos construyeran el 1-2, con la complicidad de Maximiano, a media salida.
VIcente Moreno buscó una reacción con los cambios. Entró Koné, un clon de Romelu Lukaku,. O sea, un armario ropero. También Melero en el medio, pero quien más incordió fue Embarba, liberado de ataduras. Suárez cabeceó un centro atrás del ex rayista, espléndido, aunque la convicción era visitante. No hubo más tregua. Buscó Bellingham la asociación con VInicius tirándole otro desmarque profundo, el brasileño se revolvió y colocó el tiro en la escuadra, previo roce involuntario de Chumi. A la escuadra, adecentando una actuación desacertada, en uno de esos días en que Vini se ofusca.
Estaba liquidado ya el partido. Había entrado Modric. Por Kroos. Nuevos tiempos. Evitó el tercero Maximiano al rechazar un remate a bocajarro de Carvajal, pletórico. Como Fran García, que puede que deje dudas en defensa, pero no en su físico ni al irse al ataque. Y aprovechó el tiempo sobrante Brahim para mostrar que tiene clase y ganas firmando un jugadón. Así que el Madrid consolida su buen arranque enganchado a un futbolista monumental. Lleva el 5 y juega de lo que se precise. De 9 también es un portento.
/Marca
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