Tres controles, helicópteros, 2.000 policías para cerrar una Eurocopa sin sobresaltos y sin espontáneos sobre el césped del Olímpico, que tendrá a Felipe VI en el palco
La final de la Eurocopa asoma en el horizonte. España e Inglaterra pelearán por el título en un campeonato en el que el protagonismo ha estado en el verde, en lo que sucedía en los estadios, que más allá de las trombas de agua, tormentas eléctricas y la absurda manía de saltar al terreno de juego, ha estado bajo control en todo momento. Berlín espera la llegada de 11.000 aficionados de cada selección con entrada y otros muchos, especialmente ingleses, sin ella.
Miles de entradas al ser vendidas con meses se antelación estarán repartidas entre todo tipo de seguidores, muchos de ellos alemanes, que ante la ausencia de su equipo, intentarán revenderlas, tal y como sucedió en Múnich. Los que terminen acudiendo al Olímpico se espera de ellos un comportamiento más respetuoso con Cucurella de lo que fueron en la ciudad bávara, en un gesto que ha sorprendido negativamente a todo el mundo del fútbol. Mal perder que se dice.
El rey Felipe VI, en el Olímpico
Entre estos aficionados españoles que vendrán, en su caso con invitación, destaca el rey Felipe VI, que prometió volver si había final y en Berlín estará apoyando a la selección, como también parece que lo hará Pedro Sánchez, presidente del gobierno.
La final de la Eurocopa es un articulo de lujo del mundo del fútbol, tal y como certifican los 1.000 euros de la entrada más cara, a los que se suman los 600 y 300 de la otras dos categorías puestas a la venta en los últimos días. Las entradas denominadas ‘Fan First’ costaron en su día 95 euros. A diferencia de lo que sucedía en Múnich en el España-Francia, los precios de las entradas del otro ‘mercado’, se está disparando ante la demanda de las mismas.
La seguridad como prioridad
La seguridad era el asunto que más preocupaba al inicio de la Eurocopa. Y lo cierto es que la tranquilidad ha presidido la gran mayoría de los partidos, con doce millones de desplazamientos de por medio. Berlín estará blindada para la final del domingo, con especial vigilancia a los seguidores ingleses y con la memoria de la UEFA puesta en lo que sucedió en la previa de la final de 2021 disputada en Wembley. Hasta tres controles tendrán que pasar los que acudan al último partido de la Eurocopa.
Durante la Eurocopa 22.000 policías han estado velando por la seguridad, más 350 policías no alemanes. En la final, tres helicópteros sobrevolarán el estadio, con más de 2.000 policías desplegados por toda la ciudad. La Policía Nacional (30) española también estará presente el domingo en la ciudad alemana.
Bobos que saltan al césped
El partido se disputará en el Olympiastadion de Berlín, el estadio más grande del torneo, con capacidad para 71.000 espectadores. El Hertha BSC Berlín, equipo de la segunda división alemana, juega sus partidos como local. Sede de todas las finales de la Copa de Alemania desde 1985, ya dio forma a la final de la Copa Mundial de la FIFA 2006 entre Italia y Francia o la final de la UEFA Champions League 2015, en la que el Barcelona venció a la Juventus . No es el estadio más moderno, pero sí el más cargado de historia y simbología. Múnich ya albergó una final de la Eurocopa, pero en el viejo Olímpico. La Puerta de Brandeburgo y el Parque Tiergarten, serán los puntos de encuentro de los aficionados que lleguen sin entrada.
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