Colombia hizo la del estudiante vago: ganó sus últimos exámenes, se exprimió, se sacrificó, y al fin lloró su incapacidad para avanzar, certificando la eliminación del Mundial de Catar que, en sentido estricto, fue un castigo merecido.
Derrotó a Venezuela 0-1 después de 26 años sin victorias de visitante con gol de James pero justo cuando ya no importaba, cuando para qué, cuando Perú sepultó todo.
Rondón daba el primer susto, que no era ni la mitad de peligroso del remate frontal de Luis Díaz que rechazó de reflejo Fariñez a los los 8 minutos.
De nuevo Díaz a los 13 y de nuevo el portero venezolano la sacaba de la raya y otra ‘Lucho’ en su clásico remate cruzado lo obligo a estirarse… la costumbre del exportero de Millonarios de lucirse cuando tiene a Colombia al frente.
Pero entonces Venezuela aprovechaba los tentadores espacios quedaba un rival jugado al ataque y se animaba Herrera con un remate apenas abierto, Soteldo en una escapada y otra vez Rondón obligando al arquero Ospina a cerrarse sobre su palo: todos los pasajeros se pasaron del lado amarillo y ladearon completamente el barco. Tanto que perdonó Rondón a los 33, superando a Cuesta y a Dávinson sin mayor dificultad pero fallando en el último puntazo y sembrando de dudas a un equipo que, a esa altura, no dominaba el de la necesidad, el de la tenue ilusión mundialista.
Se pondría peor cuando salía lesionado Cuesta y aparecía Yairo Moreno en la raya apenas a los 35 minutos.
Y cuando peor veía Colombia su auténtico clásico regional contra Venezuela, el VAR bajó en forma de ángel de la guarda: falta contra Borré en el área y en la revisión pitaron el penalti que James -hasta esa altura muy poco claro- cobraba pegado al palo en un primer intento en el que Fariñez se adelantaba y atajaba y después, en la revancha, ya no lograba atrapar. Gol de Colombia, con suspenso, con angustia, como para no salirse de su libreto en toda la Eliminatoria.
Es una pena que en ese descanso se iban a enterar del 2-0 con el que Perú sellaba el tiquete al repechaje y los dejaba sin nada. En fin, lo sabían todos.. lo sabíamos.
Se acordaba de nuevo del arco Díaz en el inicio del complemento pero fallaba en un raro laboratorio con el 10 tras un tiro de esquina, mientras otra vez se motivaba el dueño de casa y obligaba a los cambios de Rueda: a los 62 le daría James su lugar a Quintero y el sueño del doble 10 se esfumaba, mientras Suárez tomaba el lugar de un deslucido Sinisterra.
Y entonces los extraños cambios usuales: Suárez por Sinisterra (por encima de Borja, el preferido), Quintero por James, Preciado por Borré (al fin), Cuéllar (el que debió ser titular) por un agotado Lerma… y el mensaje de no presionar por aumentar la ventaja sino confiar en no equivocarse para mantener el 1-0 hasta el pitazo. ¡Qué manera de sufrir! Porque Pékerman les tiró el equipo encima y le dio más de un dolor de cabeza a Ospina en esos minutos finales. Qué pequeño se vio el equipo de Rueda.
Y sí se pudo ganar después de 26 años, y sí volvió James al gol, y sí se sumaron tres puntos en la siempre compleja casa de Venezuela pero al final quedó todo en la anécdota de que nada fue suficiente pues Perú se quedó con el tiquete en la mano para el repechaje y ni la recuperación, con esos seis puntos que eran necesarios en estas últimas salidas, alcanzan para decir que la despedida fue digna.
/Fútbol red
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS