El Atlético se apropia de la tercera plaza en la Liga. Los béticos siguen a tres puntos de la Real, que es cuarta, pero el Villarreal se acerca a un solo punto
Una acción tan afortunada como talentosa de Ángel Correa amargó la noche al Betis cuando ya relamía un punto de un peso específico similar al que arrancó hace unas semanas en Villarreal. Corría el minuto 86, los verdiblancos se sostenían en pie, bien plantados, sin dar un paso atrás, diciéndole al Atlético de Madrid con los cambios que él también quería ganar, pero en ese intercambio de golpes, el diablo argentino volvió a ser el más listo, como tantas veces. Se vio beneficiado de sendos rebotes, primero al cruzarse Pezzella, luego al hacer lo propio Aitor Ruibal, y luego sacó su innata calidad al quebrar de forma sucesiva a Luiz Felipe y Miranda. Los cuatro defensas quedaron fuera de la jugada para que Correa se limitara a colocar el balón en la red ante un Rui Silva entregado.
En los telediarios y los resúmenes del partido ya colgados en las redes, el cuarteto de zagueros béticos quedará retratado por la acción del atacante rojiblanco. Y nada más injusto que sacar una conclusión sobre el partido de Ruibal, Pezzella, Luiz Felipe y Miranda por esa jugada puntual. Antes, en los 85 minutos que ya habían transcurrido, los cuatro cuajaron un partido notable. Con cuajo, valentía, orden. Empequeñeciendo a atacantes del nivel de Álvaro Morata o Yannick Carrasco. Atentos para sujetar con prestancia a Griezmann, que de nuevo raya al nivel de los diez mejores atacantes del mundo.
En estos campos, ante rivales como este Atlético, todo el trabajo se puede venir abajo en un chispazo y fue lo que ocurrió. No bastó el irreprochable ejercicio de seriedad de un Betis con trazas de aspirante a Champions, claro que sí. La tercera plaza es ya de su verdugo, que se escapa de los verdiblancos a nueve puntos más el average y a seis del cuarto, la Real Sociedad. Los vascos (48 puntos), el Betis (45) y el Villarreal (44) se van a disputar el último billete. Y el campeón de Copa debe tener claro que, jugando como en el Metropolitano (con más pólvora, eso sí), tendrá muchas papeletas para llevársela.
No contar con los servicios de Nabil Fekir no es cuestión baladí. Y si tamaño contratiempo se ve acompañado de la obligada ausencia de Sergio Canales por obra y gracia del encargado del VAR, Antonio Mateu Lahoz, el vacío se multiplica de forma exponencial en la pizarra verdiblanca. ¿Cómo trató de subsanarlo Manuel Pellegrini? Con Luiz Henrique por la derecha, Rodri pululando con libertad, en ese nuevo rol que tanto agradece, y Ayoze partiendo desde la izquierda para acompañar arriba a Borja Iglesias a la menor ocasión.
Para que esas cuatro piezas sacaran lo mejor de sí en el prado del Metropolitano, era fundamental que sus compañeros más retrasados no cedieran metros y con ellos, peligrosísimos espacios entre las líneas. Pellegrini invitaba a los suyos a salir en cuanto la jugada lo pedía.
Los deseos del Ingeniero fueron atendidos. Ayoze, Borja, Luiz Henrique y Rodri trataron de apretar todo lo posible a los zagueros rojiblancos y así, a los siete minutos, Savic se metió él solo en un lío ante tres lobos de verde y blanco a los que entregó la pelota. Tan atentos como desmañados fueron Ayoze, Rodri y Borja, quien malogró tan ventajosa jugada con un fallido pase atrás que le quitó todo el veneno a la acción.
Al minuto de ese ataque bético que pudo cambiar el curso del partido, el Atlético replicó por medio del jugador más en forma de la Liga hoy, Antoine Griezmann. El francés entró como una flecha en el área desde el carril del ocho (en el 5-4-1 que ahora dispone Simeone hace muchísimo daño desde la zona ancha) y su remate se estrelló en el lateral de la red.
Esa acción espoleó al Atlético, que si va lanzado en los últimos meses, es por su frenético ritmo y su propensión a jugar al primer toque. Junto al referido Griezmann, por dentro maniobran Marcos Llorente, Koke y Lemar para que por fuera se proyecten Nahuel Molina y Yannick Carrasco. Ese baile de piezas en la zona ancha incomodó mucho a Guido Rodríguez y William Carvalho.
A los 15 minutos, Luiz Felipe estorba lo justo a Morata en el primer palo. Y ahí empieza el brasileño un recital de despejes, cruces. Lideró a una retaguardia que fue asentándose.
Incluso tras el intermedio, cuando Giménez cabeceó al larguero en un córner (49’), los béticos mantuvieron la compostura. Simeone introdujo a Correa por Lemar, a De Paul por Nahuel y abrió al carril a Llorente. Ahí la tuvo Yannick, pero quiso asegurar abajo su tiro y repelió Rui Silva (61’).
Pellegrini aceptó el órdago: Joaquín y Juanmi al campo por Rodri y Ayoze. Ni un paso atrás. El portuense entre líneas. Y en dos minutos, una asistencia a Miranda, que cruza demasiado (63’) y un tiro fuera. Juanmi y Joaquín acuden al punto de penalti para un caramelo de Luiz Henrique desde la derecha (el extremo creció tras el descanso), pero el malagueño no puede engatillar bien tras botarle alta (77’). El pulso se mantiene en lo alto, con el Betis firme. Hasta que todo lo quebró Ángel Correa.
/Escrito por Juan Antonio Solís para El diario de Sevilla
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