
El PSG ganó cuando quiso un partido asequible en Brest (2-4) en el que goleó cuando quiso, aunque los dos tantos recibidos dan para la preocupación parisina. Mbappé metió el segundo e inauguró su casillero en esta Ligue 1. El francés acabó tarjeteado y sustituido en el 80′ en un buen partido con su firma.
El PSG acudía a la tercer jornada de Liga sin Neymar ni Messi -aún en proceso de pretemporada- ni otros como Paredes o Kurzawa. Al crack argentino se le espera para su debut el próximo día 29 ante el Reims.
El partido empezó a encarrilarlo el español Ander Herrera, que se resiste a tener un papel secundario en este súperequipo, reivindicándose con su juego y sus llegadas. En una de ésas, el ex del Zaragoza conectó un buen disparo desde fuera del área para establecer el 0-1 en el 23′.
Y en eso, llegó el tanto de Kylian Mbappé en el 36‘ en un gran remate de cabeza desde lejos tras un rebote en el área grande. El francés ya había tenido otras ocasiones, pero cazó el gol en ese minuto. Es su primer gol en Ligue 1 en tres partidos (con dos asistencias).
Poco después, llegó el 1-2 del Brest, que demostró en apenas tres o cuatro pases, que esta defensa parisina debe mejorar mucho. Cierto es que apenas Achraf y Kimpembe serían fijos en una defensa ideal de un PSG que espera a Sergio Ramos, entre otros.
La segunda parte siguió con el mismo libreto, con dominio del PSG, pero sin despeinarse demasiado, sabiéndose ganador desde el principio. Así las cosas, en un nuevo fallo del portero del Brest, Marco Bizot, Gueye, sostén en el mediocampo de esta constelación de estrellas, tiró desde su casa (40 metros) y Bizot se la ‘comió’, como pareció haberlo hecho también en el 0-1.
Por cierto, pese a la goleada, Donnarumma, salvo que juegue por decreto, tendrá que salvar muchas pelotas para quitarle el puesto a un Keylor Navas que tapó varias pelotas difíciles. El tico (casi) nunca falla.
En el 80′, con todo resuelto, Kylian, que había recibido una amarilla unos minutos antes, salió del campo y entró otro crack mundial: Ángel Di María.
Los últimos minutos constataron dos cosas: el 2-3 certificó que el PSG debe mejorar mucho en defensa; y el posterior 2-4 de Di María dictaminó que el argentino puede pelear un puesto en este súperequipo. ¿Por qué no?
/Marca de España
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