Tras un primer tiempo de dominio azulgrana sin goles, la locura llegó tras el descanso
Mestalla pasó de la pesadilla azulgrana a la ilusión en apenas 11 minutos fulminantes en los que el Barça marcó tres goles para levantar un partido que se había puesto muy cuesta arriba. Tras un primer tiempo de dominio azulgrana sin concretar dos claras ocasiones, la Liga estuvo a punto de esfumarse cuando Paulista adelantó al Valencia en un error garrafal de Lenglet. Pero es en estos momentos cuando un equipo debe demostrar su grandeza y su carácter. Lo hizo el Barça, pero este equipo también lleva consigo el sello del sufrimiento. Carlos Soler acortó distancias y el Barça sudó tinta para asegurar un triunfo que le agarra a la Liga. ¡Y de qué manera!
Salió el Barça con el once de las grandes ocasiones y la mentalidad de acumular mucha posesión del balón, pero lo más importante, de moverlo con rapidez. Se toparon los azulgranas con un Valencia que le calcó el sistema, pero con las líneas más juntas y una defensa que, al estar tan atrás, fue más de cinco que de tres.
En todo caso, poco que reprochar a la actitud de un equipo, el azulgrana, que buscó el gol desde el arranque. Y es que tan solo se habían jugado dos minutos y ya llegó la primera oportunidad. Tras una excelente jugada colectiva, al primer toque, De Jong se la cedió a Pedri y el tinerfeño chutó alto. Insistió el Barça, moviéndose rápido y buscando huecos pese al entramado ordenado por Javi Gracia.
Griezmann cabeceó fuera en el 10′ y dos minutos después, Araujo se estiró con todo y logró rematar con la derecha una falta botada por Messi, pero Cillessen, que regresaba tras una lesión, la rechazó como un portero de balonmano, sin estirarse.
Penalti a Pedri que Sánchez Martínez ignora
Pasado el ímpetu inicial, el Valencia empezó a salir de la cueva. A Javi Gracia no le están saliendo las cosas, pero nadie puede negar que plantea los partidos al detalle y sabe cómo incomodar al rival con una presión continua y muchas ayudas. En una rápida contra ejecutada por Guedes, Gayà chutó cruzado. Y poco después, en el 25′, Racic encontró demasiado espacio para chutar. Salió fuera, pero el juego se estaba equilibrando.
Entre medio, una acción que no debe pasar desapercibida. Carlos Soler hizo caer a Pedri dentro del área. Le tocó claramente el talón derecho, pero ni Sánchez Martínez ni el VAR consideraron la infracción.
Lo cierto es que pese a seguir monopolizando el balón, el Barça necesitaba recuperar la chispa. Lo probó Messi de libre directo, salió por encima del travesaño. Los minutos fueron pasando con la sensación de que el los azulgranas estaban jugando bien, pero siempre les faltaba unos centímetros para concretar la jugada. Como casi siempre, el peligro llegó más por el carril de Alba y sus peligrosos pases al corazón del área, pues en el derecho, Gayà secó a Dest.
Paulista adelanta al Valencia y el Barça reacciona a lo grande
Desconcertado. Así salió el Barça tras el descanso. Quizás porque Koeman no pudo entrar al vestuario a dar órdenes. Ter Stegen salvó con el pie un gol cantado de Guedes, que se había escapado sin oposición, y a la salida del córner, cabeceó muy, muy solo Paulista. Error importante en el marcaje de Lenglet, uno más. Ter Stegen se quejó de una obstrucción de Correia.
El gol local dejaba al Barça sin Liga. Y entonces, sacaron los de Koeman el orgullo. ‘Ayudados’ por unas infantiles manos de Toni Lato para evitar el remate de De Jong. Cillessen, que conoce bien a Leo, aguantó y le adivinó la intención al argentino, pero el balón quedó suelto, chutó Busquets, salvó bajo palos Paulista y Messi, ahora sí, la enchufó.
Nada como reaccionar con rapidez a un mazazo. Y si es por partida doble, y hasta triple, mucho mejor. Rápida acción, centro de Jordi Alba y cabezo de Frenkie de Jong con todo que Cillessen solo puede rechazar a los pies de Griezmann, que fusila para poner el segundo. Pero los minutos mágicos de los azulgranas no habían terminado. Los culminó Messi con un inapelable libre directo. Al palo y gol. 1-3 y la Liga más cerca. Del 57 al 68 fue una auténtica locura. Tres goles en once minutos cuando peor pintaban las cosas.
Sufrimiento final
Koeman, a través de su segundo, reforzó la medular con Sergi Roberto e Ilaix. La victoria no se podía escapar, era cuestión de bajarle las revoluciones al partido, pero en una acción aislada, Carlos Soler lanzó un zambombazo desde fuera del área y poco pudo hacer Ter Stegen. El Barça, como ya viene siendo habitual, no se iba a librar del sufrimiento. Diez minutos, cuatro de ellos del añadido, que se hicieron eternos. Pero el equipo aguantó y valió la pena. Quién sabe si valió una Liga.
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