Lewandowski, Musiala, Sané y Acerbi, en propia, aplastaron a los italiano en 47 minutos
El Bayern se colgó el oro, la plata y el bronce en el Olímpico. Los bávaros golearon (1-4) a la Lazio con la suficiencia con la que Usain Bolt trituraba récords sin que le incomodaran. El conjunto romano no tuvo piernas para aguantar el ritmo de vigente campeón de la Champions.
La intensidad y la fiabilidad alemana chocó con el ímpetu y los despistes italianos. Salieron al césped como gladiadores sin escudo. Y el Bayern bajó el pulgar castigando sus errores. Cada fallo acabó en la meta de Reina. No hicieron prisioneros.
Las concesiones decantaron el duelo de Botas de Oro entre Immobile y Lewandowski. A los 9′, Musacchio falló en su cesión y Lewy lo aprovechó: superó con la derecha la salida de Reina y con la izquierda marcó su gol 72 en la Champions. Subió al podio dejando atrás a Raúl(71). Sólo le superan Cristiano (134) y Messi (119).
El primer regalo laziale no lo desperdició el Bayern. Ni el segundo, ni el tercero… La Navidad se trasladó a febrero y los bávaros se hincharon. El niño (17 años) Musiala, con un chut medido, ajustició a los romanos con el segundo en el 24′. Simone Inzaghi agitó su once retirando a Musacchio, metiendo a Lulic y cambiado su sistema sin éxito. La Lazio, con los españoles Patric y Luis Alberto hiperactivos, fue a por Neuer pero se olvidó de Reina. Un terreno virgen para las carreras visitantes. Demasiado espacio a la espalda. Cada contra era un suplicio.
Una indecisión entre Patric y Lucas Leiva disparó a Coman. El francés se metió en el área, chutó y el rechace lo aprovechó Sané en el 42′. 0-3 al descanso. Y a la vuelta, la Lazio se llevó otro golpe. Sané, en un carrerón desde su campo, buscó a Alphonso Davies. Acerbi evitó el tanto del canadiense… pero se metió en su portería el 0-4 en el 47′.
Sin exhibirse, sin trenzar un fútbol de quilates, el Bayern había aplastado en poco más de medio partido a la Lazio. Correa, tras un jugadón, maquilló en el 49′ un marcador contundente. Tan duro como la entrada de Escalante a Lewy que calentó el final. Neuer evitó el segundo gol del argentino.
La Lazio lo intentó, pero el Bayern no cedió ni un milímetro. Cuatro martillazos… y casi en cuartos. Un paseo Olímpico.
/Marca
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