Invitado por Rodrigo Gómez, ex jugador de U. Católica y la selección chilena, el entrenador que está a un partido de dejar la banca de River Plate disfrutó de su segundo deporte favorito junto a Enzo Francescoli
Disfruta el hoy. ¿Mañana? Mejor no pensar en el mañana. ¿Para qué? Si las despedidas no son lindas, ni cómodas. Mucho menos después de ocho años y medio de ciclo histórico. En esa línea, Marcelo Gallardo aprovecha estas últimas horas como entrenador de River, trabajando a full en las prácticas, aunque también disfruta de los pocos ratitos de clima distendido que le quedan por delante hasta su partido final: el amistoso ante Betis en Mendoza. ¿Cómo? Pegándole a la pelota.
Pero no, el Muñeco no pateó la número cinco como en la previa del 4-3 ante Colo Colo, cuando probó la ductilidad de los arqueros para desviar tiros libres. Esta vez los hits de MG fueron con el palo. Aprovechando que tanto el plantel como el cuerpo técnico tenían el día libre, el deté disfrutó de una jornada deportiva outdoor junto a Enzo Francescoli jugando al otro deporte que lo apasiona: el golf.
Del mismo modo que hace unos días en Nordelta, entrenador y Secretario Técnico compartieron la tarde de Viña del Mar y tuvieron la chance de darle a la redondita acompañados del presidente Jorge Brito, del vice Matías Patanian -ambos acompañando la gira despedida- y de un invitado retro: Rodrigo Gómez
El ex jugador de la Universidad Católica, rival de River en los octavos de final de la Copa Libertadores 95, también desafió a MG y compañía en los hoyos del club local. Aunque no dejó de transmitir su emoción por haber tenido la posibilidad de charlar con el deté más ganador de River.
“Hoy jugué al golf con dos grandes de la historia del fútbol. Los enfrenté en la Libertadores y fui compañero de Enzo en la despedida del Beto Acosta. Fue un gran reencuentro”, posteó el ex futbolista en su cuenta oficial de Instagram acompañando una foto en la que se lo vio sonriente al igual que sus laderos.
El resto del plantel también disfrutó
Aunque el Muñeco no fue el único que disfrutó: parte de plantel de River recorrió Viña y visitó los shoppings cercanos al hotel. Además, hubo comidas compartidas entre todos: del mismo modo que se le festejó el cumpleaños a Agustín Palavecino, por la noche hubo una cena en un restó de primera línea de la coqueta ciudad trasandina para darle un cierre a la jornada de distensión.
Porque este viernes se retomarán las actividades ya pensando en el viaje a Mendoza, en la gran despedida ante el Betis, al último partido de Gallardo, al adiós ahora definitivo que ningún hincha quería darle. Pero que indefectiblemente llegará.
/Olé de Buenos Aires
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