Cae ante el Shakhtar tras otro primer tiempo terrible y se complica la Champions
El Real Madrid traicionó a su propia historia. Cayó en el estreno del Di Stéfano en la Champions. En su competición, en el campo de su mayor leyenda. Otra vez un primer tiempo terrible, pese al intento por mejorar en actitud, que esta vez no faltó, y presión, arruinó el arranque blanco en su competición. El Shakhtar, plagado de brasileños y de bajas, jugó primero y gestionó el esfuerzo después para salvar una victoria histórica que pone bajo sospecha a todos, entrenador y jugadores blancos, incapaces de ganar el partido en teoría más asequible del grupo. Y el Clásico en ciernes.
Vaya por delante que Zidane y sus hombres son exactamente los mismos que ganaron la Liga hace unos pocos meses, con aplicación, orden y trabajo. Por los juicios sumarísimos que están por venir. Pero es cierto que ninguna de sus virtudes aparecieron en dos partidos terribles, colocando a los blancos en un agujero profundo. El Cádiz avisó en LaLiga, donde hay tiempo para recomponerse, pero el Shakhtar hiere a los blancos en su competición, en el Di Stéfano, endosando la mayor derrota al descanso en 70 años. Una mancha difícil de borrar en el historial.
El Shakhtar de Janeiro llegaba con bajas, pero no convenía menospreciar al semifinalista de la pasada Europa League, un conjunto con siete brasileños de pie fino y tendencia a bailar con la pelota. Empezó el Madrid tratando de presionar, pero no tuvo gasolina más que para un cuarto de hora. Con tiempo para tocar y moverse, el conjunto de Luis Castro convirtió en realidad la pesadilla que avisó Zidane ante el Cádiz: 0-3 al descanso. El entrenador francés de alineaciones indescifrables insistió con Marcelo con Militao a su lado. Una salida del central a campo contrario abrió a su espalda un descampado que aprovechó Marlos para plantarse ante Courtois, que salvó el primero. Como es costumbre. Cuando el portero es el mejor de un equipo jornada tras jornada, el problema de fútbol es serio.
El drama se gestó tras una jugada larguísima en que el Madrid trató de presionar, pero nunca estuvo cerca del robo. Ni siquiera en la diagonal final de Korniienko, con Militao consintiendo la colada. Varane tampoco resolvió, Marcelo no hizo cobertura y Tete anotó con eficacia. Las dudas del Shakhtar desaparecieron y borraron del mapa al Madrid. Es una obviedad insistir en que cada ausencia de Sergio Ramos es un drama para el equipo, no sólo para la defensa, pero sí que deja en mal lugar a un campeón del mundo como Varane. Ocurrió en Mánchester y frente a los ucranianos. El autogol fue un accidente, tras un rechace corto de Courtois. No encontró ni el sitio ni el liderazgo que debía ejercer sin la pelota.
Conste que en el once blanco estaban muchos de los que se echaron de menos ante el Cádiz, Casemiro y Fede Valverde. El problema no es de nombres sino de juego porque no se generan oportunidades ni se dominan los partidos. Y si enfrente hay un rival que toca bien y con criterio, te pintan la cara. El tercero fue un golazo edificado por Solomon, tras una pared de tacón con Tete, extraordinario. La pasividad de la defensa blanca fue pasmosa. El primer partido en el Alfredo di Stéfano registró la mayor goleada recibida por el Real Madrid en la Copa de Europa.
Benzema, al césped
Cuando un primer tiempo es tan malo, sólo se puede mejorar. Entró Benzema por Rodrygo, inédito. Mejoraron los blancos por decisión y amplitud en el ataque, aunque Karim tampoco apareció por zona de remate. Fue Modric quien quitó el tapón con un derechazo espectacular a la escuadra. Entonces se notó la plaga de bajas del Shakhtar, porque Luis Castro no hizo cambios pese al cansancio evidente de los futbolistas. No recuperaban con facilidad y reculaban en su área, pero salían con veneno. Courtois salvó un mano a mano y Tete tiró fuera un centro atrás de Korniienko.
Es cierto que Vinícius no estuvo brillante ante el Cádiz, pero entró al partido con fuego en el cuerpo. Se marchó Jovic. Sin comentarios. Fue salir Vini, apretar a Marlos y anotar el segundo. Había tiempo para la remontada, media hora larga. Vista la tendencia del Shakhtar a meterse atrás anunciaba un acoso blanco, y es cierto que se jugó en campo rival, pero sin mucha claridad ni ocasiones claras más allá de un cabezazo de Mendy que sacó con el cuerpo Korniienko. Subió el Madrid el empate en el marcador tras un córner en la prolongación. Retrasó Kroos a Valverde que conectó un derechazo para sorprender al novato Trubin. Pero Vinícius estaba en fuera de juego manifiesto en la trayectoria del balón y anuló el tanto. Allí murió el intento de remontada blanca, a quien se le pone el grupo en arameo. Para empezar, viaja a Alemania sin red. Mal negocio. Jamás cayó en primera fase. A ver si al menos salva esa estadística, porque pensar hoy en el título es una utopía.
/Marca
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