Un gran Osasuna destrozó a un Barcelona lento, impreciso y con exceso de rotaciones
Con una goleada incontestable acabó la racha victoriosa del Barça de Hansi Flick, más plagado que nunca de gente joven. Nunca huibo opción real de salir indemne del Sadar pese a los fogonazos de los goles. Un primer tiempo muy flojo de los barcelonistas dejó herido de muerte al Barcelona, aunque el segundo gol llegó precedido de falta, y un Osasuna pletórico y solvente lo remató en la segunda parte.
La racha acabó en Pamplona, como la del Barça del Tata Martino, pero en aquella ocasión, once años atrás, fue con un 0-0. Esta vez ha sido un contundente y doloroso 4-2. Doblete de Budimir, goles de Bryan Zaragoza, la pesadilla azulgrana, y Bretones frente a los tantos insuficientes de Pau Víctor y Lamine Yamal, que descansó de salida. Su entrada en el partido, mediado el segundo tiempo, junto a Raphinha, no bastó pese a ese gol y a que pidió un penalti por agarrón.
Al Barcelona le faltaron de entrada cinco titulares, entre ellos Lamine Yamal, y además Osasuna hizo muy bien las cosas: presión muy intensa en el centro del campo, superioridad física y pases a los espacios, espacialmente
Sin desequilibrio arriba ni por las bandas ni por dentro, sin recuperaciones en la presión alta y con muy poca profundidad y sensación de peligro cuando lograba enlazar tres pases seguidos, algo que no ocurría casi nunca, el Barça no lograba hacer ni cosquillas a un Osasuna que se cerraba a cal y canto y que cuando ganaba algunos metros ahogaba al Barcelona o lo sorprendía entransiciones.
Se veía venir el primer gol cuando llegó. Poco antes, un rechace defectuoso de Lewandowski hacia atrás había habilitado a Areso, que cruzó demasiado el balón en su remate.
El equipo rojillo tenía en Oroz a su arquitecto y en su extremo izquierdo, Bryan Zaragoza, la pesadilla particular de Koundé, a quien ya la pasada temporada le había dado la noche estando en el Granada y quería repetir.
Dicho y hecho. Una pérdida de Pablo Torre derivó en internada de manual por el extremo de Bryan, que centró para que Budimir rematase con un académico cabezazo tras superar a los dos centrales.
El gol fue todo un clásico en el Sadar, de toda la vida, como si los intérpretes de la jugada fuesen Martín e Iriguíbel. O Ziganda y Michael Robinson. Todo un clásico en esta tierra. Un gol de Osasuna de manual.
La atmósfera del Sadar reforzó la confianza de los de Vicent Moreno y animó al árbitro a salir con otro clásico: los detalles que no favorecen al Barcelona. Un pisotón como el que inició la jugada del 2-0 supuso en la primera jornada la anulación de un gol al Barcelona. Esta vez no, qué cosas.
Sin duda, Cuadra Fernández vio el pisotón, porque explicó a los protagonistas que no era punible. la cuestión es que Torró pisó a Pau Víctor y el balón llegó a Ibáñezx, que lo dio de primeras a Bryan, que salió como una bala con campo por delante, sorteó la desesperada salida de Iñaki Peña y marcó un golazo.
De repente, el Barcelona se encontraba dos abajo por primera vez esta temporada ante un Osasuna crecido, que aún vio cómo Peña rechazaba otro balón envenenado.
Otro remate muy peligroso con la defensa desajustada se cruzó demasiado y la segunda parte se afrontó con dos de desventaja y, de entrada, sin cambios.
Faltaba mucho y el Barça seguía poco lúcido aunque más rápido en la circulación de balón, cuando un error del meta Sergio Herrera después de haber sacado el único remate de Lewandowski propició una recuperación de Gerard Martín y un remate de Pau Víctor que, literalmente, se tragó el portero.
Inmediatamente, el Barça tuvo unos minutos en los que asomó la cabeza, pero todavía sin mordiente y sin continuidad. Flick introdujo los cambios en busca del empate, pero Osasuna supo resistir el amago de reacción barcelonista.
No habían tardado mucho los rojillos en comenzar a fingir penaltis, hasta que Cuadra Fernández pitó uno que sí era. Una rápida jugada de Areso acabó en centro a Budimir, cuyo intento de remate fue impedido en falta por Sergi Domínguez. El delantero no perdonó.
Se creció Osasuna con los cambios y Abel Bretones, recién entrado en el partido, se sacó de la manga un trallazo desde fuera del área y puso el 4-1, antes de una reacción final azulgrana de la mano de Lamine Yamal, que logró el 4-2 y pidió un penalti, mientras Ferran remató al poste.
/MundoDeportivo
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