Con su triunfo por 2-1 contra Austria, la selección ‘azzurra’ igualó este sábado su propio récord de partidos sin perder, al alcanzar los 30 encuentros,igualando la marca de la selección ‘azzurra’ que dirigía Vittorio Pozzo en los años 30 del siglo pasado.
A Italia le tocó sufrir para pasar a cuartos. Tuvo que ser el primer partido de los cruces el que le generase más dudas. Toda la solidez de la fase de grupos se evaporó en la segunda parte y tuvo que esperar a la prórroga para que Chiesa abriese la lata y Pessina pareciese sentenciar, aunque Kalajdzic dio emoción al final.
Austria aguantó más de 90 minutos, pero Alaba dejó un hueco a su espalda que aprovechó el jugador de la Juventus. Los de Foda salieron valientes, pisando el área de Italia ya en el primer minuto, pero Italia se llevó pronto el partido a su terreno. Se fue quedando con el balón y jugando cada vez más lejos de Donnarumma. Ese es uno de los secretos de la Azzurra para mantener la imbatibilidad. No pierde el orden y la fortaleza defensiva, pero llevando el balón muy lejos de su área.
Eso obliga al rival, en esta ocasión a Austria, a tener que recorrer muchos metros para poder crear peligro. Y después no es fácil definir cuando llegas al área con poco aire. Eso le pasó a Arnautovic a los 18 minutos, cuando recibió un balón botando delante de Donnarumma, pero su pugna con el defensa le hizo no tener claridad y mandar alto un remate que parecía más sencillo.
Mientras, la principal amenaza de Italia llegaba con su insistencia por la banda izquierda. Spinazzola imponía su potencia y su llegada y hacía pasar unos muy malos 45 minutos a Lainer, obligado a hacer grandes esfuerzos cada poco tiempo. No fue fácil para él. Con todo, las ocasiones no fueron claras. Primero llegó Barella, con un disparo que Bachmann sacó con el pie, y después Immobile, que se inventó un disparo lejano casi sin armar la pierna que se estrelló en la misma escuadra.
Tras el descanso, Austria dio un paso adelante. Era demasiado peligroso jugar tan cerca de su área y logró alejar el balón unos metros, lo que le hacía pasar menos apuros. Y además, como en la primera parte, empezó asustando con una falta al borde del área que ejecutó Alaba ligeramente por encima del larguero.
Todas las buenas sensaciones que Italia estaba dando en este torneo parecían evaporarse. Por primera vez tenía dudas en su juego y le costaba encontrarse cómoda. Incluso, Austria logró derribar el muro italiano con un tanto de Arnautovic que el VAR anuló por fuera de juego. Avisada estaba Italia.
Mancini movió el banquillo, era necesario, y con Locatelli y Pessina pareció encontrar una solución con la primera jugada entre ambos, pero apenas fue un espejismo. No consiguió revertir la situación y tocó ir a la prórroga ante un rival que sólo hizo un cambio, por lesión, y que pese a eso parecía aún fresco de piernas pese a su derroche.
Pero a los pocos minutos, los austriacos cometieron el primer error. Chiesa recortó en el área y cruzó el balón ante Bachmann. Un mazazo para Austria, a la que llegó el cansancio de golpe y encajó el 2-0 antes del descanso del tiempo extra. Aun así, no bajó los brazos. Kalajdzic, en el 115′, dio esperanzas cabeceando un córner.
/Escrito por Óscar García para Marca de España
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