Mucho tiene que hacer Spalletti para que Italia vuelva a ser la que era, sin ir muy lejos, la de la pasada Eurocopa. La palabra susto se queda corta, pues en el último minuto de partido un posible penalti sobre Mudryk podría haberles dejado fuera. Pese a todo, clasificación directa para la Azzurra.
14 puntos de 24 posibles en una fase sin brillo para Italia, que se queda segunda detrás de Inglaterra con 20 y delante de Ucrania que se queda con 13. Desde el 1992 no se pierde una cita europea la selección transalpina, torneo que ganó Dinamarca.
La primera parte fue un auténtico espectáculo, por parte de ambos, protagonistas de unos primeros 15 minutos de ritmo endiablado. Los porteros se lucieron y los defensas todo lo contrario. Un partido sin medio del campo, de ida y vuelta y con un nombre por encima del resto: Federico Chiesa.
En cuanto empezó a pedir el balón más de la cuenta, Italia voló gracias a sus alas. La banda izquierda era el foco de ataque transalpino liderados por el extremo juventino, agitador y finalizador. Italia se iba haciendo poco a poco con el control del partido y sobre todo con las ocasiones, que si bien fueron claras significaron también una oportunidad perdida. Mucho empuje de los de Spalletti, que lejos de conservar un empate buscaban el gol a toda costa.
Los segundos 45 minutos fueron el antónimo de los primeros. Ritmo bajo, menos riesgo y una Italia dominando el balón pero sin brillo. Mucho control, alguna internada de Chiesa, pero nada que ver. Ucrania esperaba a la contra al servicio de su talento, que es mucho, pues un gol era el billete a Alemania.
Poco a poco Italia se fue durmiendo ante una Ucrania crecida. Los cambios de Spalletti no funcionaron y el empate a cero empezaba a ser muy bueno. Muchos nervios e imprecisiones de los azzurri
/Marca
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