Pasaron largos 12 años para que el equipo dirigido en esta oportunidad por Carlo Ancelotti levantase una ansiada y esquiva UEFA Champions League.
Por Sebastián Miño
smino@todofutbol.cl
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LISBOA.- La fiesta estaba armada en Madrid, pero solamente iba a ser para uno, ya que en una histórica final de la Liga de Campeones, por primera vez se enfrentaron dos equipos de una misma ciudad, Atlético Madrid ante el Real Madrid.
Como se esperaba, el partido se torno como un verdadero «Derby» madridista, ya que ambos equipos salieron a la cancha con intensidad, empuje y mucho coraje, lo que se dejó ver durante el transcurso del juego y en el que el más poderoso, tanto económicamente como en individualidades se quedó con la final disputada en la capital de Portugal con un inapelable 4-1 con el que el equipo merengue bajó su décima Champions.
Durante la primera parte, y quizás lo que marcó trámite del duelo, fue el tempranero reemplazo de Diego Costa, quién apenas estuvo nueve minutos en el campo de juego, lo que dejó al «Cholo» Simeone sin la posibilidad de una sustitución en una posible prórroga. No obstante, a los 40`de partido, Diego Godín, al igual que ante Barcelona, abrió la ilusión colchonera tras derrotar a Iker Casillas, en el único error del meta merengue que no pudo impedir el ingreso del balón a su portería.
En la segunda mitad, el Real Madrid no encontraba la llave para hacer fallar la defensa del Atleti, y jugadores de la talla de Benzema, ya dejaban caer lágrimas en el césped del Estadio Da Luz ante la impotencia de que otra Champions se le escapara entre los dedos a la «Casa Blanca». Pero, como ha sido la tónica del Real Madrid en esta temporada de redenciones, Sergio Ramos, uno que se tomó una revancha especial, empató el partido cuando este ya terminaba, obligando así a definir al campeón en la prórroga.
En la primera instancia de aplazamiento del juego, todo siguió igual. En tanto, a los 110, apareció la figura de Gareth Bale, quién hizo estallar a la afición blanca y clavar una estocada mortal en los jugadores rojiblancos que, con el cansancio de una intensa temporada, comenzaron a dejar espacios que el Real Madrid aprovechó con creces al convertir dos anotaciones más a los 118, Marcelo puso el 3-1 y la guinda de la torta la colocó el infaltable CR7 mediante lanzamiento penal, y con este gol quedó como el máximo e histórico goleador de una UEFA Champions League con 17 goles a su favor.
De esta manera, el equipo de Ancelotti consiguió por fin la tan ansiada décima «orejona», que ya se convirtió en una realidad.
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