Kylian Mbappé no ha variado su discurso ni un ápice en el último mes y medio. Sigue firme en su deseo de cumplir contrato con el PSG para después valorar su futuro y elegir libremente su destino en 2024. Al menos esa es la sensación que transmite en todas y cada una de sus apariciones y tras los movimientos de presión del PSG. El francés no ha lanzado gesto alguno hacia Valdebebas de estar desesperado con la situación, movimiento que podría activar todo cuando todavía quedan tres semanas de mercado.
El Real Madrid, sus dirigentes, se mantienen firmes en eso de que el problema suscitado en el seno del PSG no es suyo y que no hay previsto fichaje alguno, mucho decir con el mercado abierto hasta el 1 de septiembre. El primer equipo blanco trabaja, programa y planifica todo con lo que tiene. Si algo llega ya habrá tiempo de cambiar.
Desde el momento en el que se hizo pública la renuncia de Mbappé a renovar contrato, desde Valdebebas han querido dejar claro que la posible continuidad de Mbappé en París a partir del uno de septiembre sea tenida en cuenta como un fallo suyo, como pudo suceder en temporadas anteriores. Ni un paso en falso, al menos de manera oficial, tal y como ha quedado demostrado con la ausencia de la reclamación a la FIFA por parte del PSG.
De hecho, este extremo fue ratificado en la visita de Florentino Pérez a Valdebebas del pasado lunes. Jugadores, técnicos y hasta empleados estaban a la espera de cualquier gesto o palabra del presidente para hablar de la posible llegada de Mbappé, pero no apareció en momento alguno en el primer contacto del presidente con el grupo de trabajo dirigido por Carlo Ancelotti.
El ambiente que se respira en París especialmente y todo lo dicho desde 2017, parece ‘obligar’ al Real Madrid a tener que fichar a Mbappé y lo cierto es que el francés tiene claro que su destino soñado es el Santiago Bernabéu y que en caso de buscar una salida antes del fin del mes de agosto, su único objetivo es el club blanco. Esa llamada de auxilio del delantero al Real Madrid (dentro de esa libertad que supuestamente le ha dado el PSG para buscar destino de manera legal) no se ha producido. Es más, llegado el caso de que se produzca esa petición en los últimos días de mercado, el Real Madrid no cometería una locura económica que pudiera comprometer la estabilidad económica de la entidad. PSG y Mbappé deberían rebajar sus pretensiones de manera radical. De ahí, que las cifras de las que se comentan están muy lejos de lo que el club blanco podría gastar (130 millones de euros) en una posible operación que se planteara la entidad madridista y que podría traer consigo otro posible movimiento.
El Real Madrid, por su parte, no ha hecho movimiento alguno de manera oficial alrededor de la figura del delantero ni tampoco ha realizado intento de aproximación hacia el club parisino, cuyos dirigentes siguen dando muestras de un nerviosismo en todas y cada una de sus decisiones y posteriores filtraciones, que denota debilidad.
El delantero sigue apartado y no parece impresionarle su situación, ni su destierro, ni los constantes intentos de renovar contrato por parte de los dirigentes de Qatar. Sigue su plan y el Real Madrid el suyo. Coinciden, ya que el de uno y otro es esperar. El tiempo, contrariamente a lo sucedido en 2021, está de su lado. Mbappé sigue sin renunciar al mucho dinero que tiene por delante (ya dijimos a principio del verano que el montante entre cláusulas y primas de fichaje se aproximaba a los 240 millones de euros) y por el momento no ha acudido al Real Madrid para que le ayude a encontrar una solución.
Se ha hablado de semanas claves, de días en los que Mbappé iba a decir, a hablar, a mostrar el malestar por la situación, pero el mucho dinero que hay en juego colocan esos movimientos en el umbral de lo imposible. El jugador, tal y como dijimos en los primeros días de julio, ponía en juego 240 millones de euros entre primas de fidelidad, prima de fichaje y otras cláusulas de ese diabólico contrato firmado con el PSG en mayo de 2022.
Por el momento no parece estar dispuesto a renunciar a nada y sí a continuar firme en su propósito de cumplir contrato y esperar al 30 de junio de 2024 para decidir su futuro. Se mantiene firme y no muestra signo alguno de debilidad, algo que siembra la inquietud en Doha y la tranquilidad en el Santiago Bernabéu, pero sobre todo con la conciencia tranquila de no haber querido provocar nada.
/Marca
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