Una extraordinaria actuación de su portero suplente facilita la victoria en Vigo, que firmaron luego Isak y Mikel Merino
Un temporal de viento y lluvia dio la bienvenida a dos equipos que la mueven bien, que tienen buen toque de balón y cuya apuesta futbolística es de lo más atractiva. Celta y Real Sociedad se presentaban al duelo en fase ascendente, en buen momento de juego, con lo que todo apuntaba a que el duelo iba a ser muy entretenido.
El Celta arrancó a todo trapo, llegando con facilidad al área de Ryan, al que Imanol dio la titularidad en Balaídos en detrimento de Alex Remiro. A los dos minutos pudo marcar Nolito, culminando un contragolpe de libro con un disparo venenoso que se marchó rozando el poste. Un par de jugadas después, el meta australiano se erigió en protagonista, despejando un tiro a quemarropa de Denis Suárez que parecía gol sí o sí.
Evidentemente la Real también tenía sus armas para hacer daño a los olívicos. El monólogo local viró de repente y en un minuto los vascos pudieron marcar por medio de Januzaj primero, y de Isak, después. Sin premio para ambos.
El partido se ralentizó un poco con el paso de los minutos, algo obvio pues ese vertiginoso ritmo era imposible de mantener. Seguía siendo, en cualquier caso, un duelo de ida y vuelta. Con más dominio del Celta, pero con la Real siempre amenazante cada vez que el balón pasaba por los pies de Merino, Silva o Januzaj, tres arquitectos del fútbol de categoría.
En la recta final de la primera parte el Celta tuvo una clarísima doble ocasión con Denis Suárez y Santi Mina como protagonistas, pero sendas manos de Ryan, espléndidas ambas, mandaron el partido al descanso con el cero a cero inicial. Desde luego, no parecía un regalo la presencia de Ryan bajo palos. Portero de nivel.
TORMENTA
Lo que se mantenía invariable tras el descanso era el tremendo aguacero que caía sobre Balaídos. A ver, es de suponer que tanto en Vigo como en San Sebastián están más que acostumbrados a jugar con lluvia, pero el temporal hacía difícil que el espectáculo no se resintiera. El viento ponía la guinda negativa.
La segunda parte comenzó más o menos con los mismos argumentos de la primera. Ryan volvió a intervenir con acierto a tiro de Brais Méndez y la Real amenazaba siempre que el balón llegaba a los pies de Isak. Así, en el minuto 54 el sueco marcaba a puerta vacía aprovechando un despeje de Dituro a tiro de Januzaj. El linier levantó la bandera marcando un fuera de juego que no existía y por tanto el VAR validaba el 0-1.
Un minuto después, Ryan volvió a realizar una doble intervención milagrosa. Primero, el mano a mano con Aspas, en el rechace el cabezazo de Santi Mina. Impresionante el australiano. Un equipo grande, y la Real parece que va camino de ello, vive de su goleador y también de su portero, aunque sea el suplente. Ejemplos se nos vienen mil a la cabeza…
No estaba mereciendo perder el partido el Celta, pero esto no va de merecimientos, va de marcar o no hacerlo. Los de Coudet habían tenido varias, pero el portero rival lo había parado todo. Y lo que no paraba se iba fuera por milímetros, como el tiro de Nolito a la hora de juego. Pero no había manera.
La Real, mientras, tenía lo que quería, ir por delante en el marcador, pero los mensajes que llegaban en forma de paradones de su meta no eran muy alentadores. El cántaro estaba yendo a la fuente de manera constante… Así, Imanol hizo un triple cambio. Iba ganando, sí, pero el Celta estaba siendo mejor. Turrientes, Zubeldia y Sorloth,a la piscina, al césped quiero decir. Coudet contraatacó con Renato Tapia y Cervi.
El partido no perdía interés, todo lo contrario. El juego quizás no estaba siendo ya tan atractivo como en la primera parte, pero el fútbol tiene otros muchos matices que lo hacen apasionante. El marcador, por supuesto, es uno de ellos.
El tiempo, en este caso no el meteorológico, empezaba a acuciar al Celta, que se había metido en el último cuarto de hora del partido con 0-1 y con la Real demostrando que antes de su portero, también había una defensa notable, con Aritz y Le Normand en plan mariscales.
Los últimos arreones locales no pasaron de los ‘uy’ en la grada, con gol de Brais anulado por fuera de juego. Además, en el minuto 80 el partido acabó definitivamente en un córner rematado de cabeza por Mikel Merino, que mandó el balón a la red no sin dar antes en la espalda de Aritz Elustondo.
Los de Imanol llegaron a la meta, salieron más líderes de Balaídos y afrontan el derbi vasco ante el Athletic con una sonrisa de oreja a oreja.
/Marca
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