El «10» se resintió poco antes de terminar el primer tiempo.
LIONEL MESSI hizo llorar a todo un país: salió lesionado en el segundo tiempo de la final de la Copa América ante Colombia y quedó envuelto en lágrimas sentado en el banco de suplentes.
La Pulga había mostrado gestos de fuerte dolor en el tobillo derecho mientras se retorcía en el césped, detrás del arco de Colombia; en el interín fue atendido por los médicos y el partido se reanudó con él afuera. Sin embargo luego se reincorporó al campo de juego sin mayores inconvenientes.
En el segundo tiempo, luego de haber sido examinado en el descanso, pudo jugar unos 25 minutos antes de salir reemplazado por otra lesión que sufrió: terminó tendido en el suelo, en tres cuartos de cancha, y pidió el cambio con cierto apuro.
Entonces salió reemplazado y, en su lugar, ingresó Nicolás González. La imagen para el mundo fue de dolor absoluto: Messi se retiró del campo de juego tras haber sufrido una lesión muscular -acaso haya sido un desgarro en la pierna derecha- y, ya sentado en el banco, explotó en llanto.
Sin embargo, esas lágrimas fueron posteriormente de alegría cuando le tocó el turno de levantar por segunda vez la copa como Capitán de los campeones de América
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