Dos golazos casi consecutivos de Lewandowski encaminaron la victoria en el primer tiempo ante el Villarreal
El Barça se levantó a tiempo después de la semana trágica con los pinchazos frente al Inter y Madrid. En una primera parte ambiciosa y con un Lewandowski estelar, el equipo tumbó al Villarreal y decidió el choque con dos goles del polaco y un tercero de un Ansu Fati que cada día va a más.
Xavi varió la estructura de equipo para cambiar la dinámica. Se acabaron los extremos puros y Ansu Fati y Ferran Torres entraron por Dembélé y Raphinha, además de dotar de un medio centro dinámico como Frenkie de Jong en lugar de Busquets. Este retoque, más la presencia de Marcos Alonso como central en el lugar de Eric fueron los cambios más significativas. Se trataba de dar otro aire al equipo y el míster lo consiguió.
Ansu salió con unas ganas enorme y a los dos minutos ya disparó a puerta. La intensidad fue constante y los riesgos atrás se corregían gracias al poderío físico de Marcos Alonso, pero sobre de todo de Koundé. El Barça jugaba en campo contrario, presionaba alto y no era agujereado de forma constante como en otras ocasiones.
‘Lewa’ se luce
Danjuma fue quien tuvo la mejor ocasión grogueta en una contra que disparó al lateral de la red, pero acto seguido apareció Lewandowski. En una gran jugada colectiva, Pedri dio un pase vertical a Alba, quien buscó a ‘Lewa’ y el polaco realizó un giro prodigioso con el que sentó a Albiol y Pau Torres antes de batir a Rulli. Un gol de bandera.
El crack blaugrana se animó y encontró en Gavi a otro cómplice quien, tras una recuperación de Pedri, se marchó con garra, pese a la falta de Parejo, y asistió a Lewandowski, quien puso el segundo con una rosca marca de la casa.
El Barça había puesto velocidad de crucero y ni un tímido cabezazo de Yéremi bajó los ánimos. Ferran Torres también creció en confianza y tras una acción brillante por la derecha, dio el pase de la muerte a Ansu, quien tiro al palo de primeras, pero recogió su propio rechace para anotar de espuela desde la línea.
De Jong da otro aire
Fueron ocho minutos de oro para que el Barça enterrara fantasmas y se viera un conjunto reconocible, con un De Jong marcando la pauta en la medular junto a Pedri, Gavi revoloteando de forma constante y los tres de arriba mostrando colmillo, con la ayuda de un Jordi Alba profundo por la izquierda.
El Barça sentenció en el primer tiempo, pero quería más. Tras la reanudación siguió apretando con hambre de sacarse la espina del Inter y el Real Madrid. De todos modos, el marcador era tan claro que no era necesario quemarse en exceso y Xavi reguló esfuerzos sustituyendo a dos de los jugadores que se dejaron más energías, De Jong y Sergi Roberto, por Busquets y un recuperado Bellerín.
Piqué anima el desenlace
El Villarreal quería maquillar el marcador, pero con poca fe y Baena lo intentó con un cabezazo desviado. Demasiado poco peligro como para que Xavi no se permitiera el lujo incluso de reservar a Lewandowski en el último cuarto de hora cuando volvieron los dos extremos, Dembélé y Raphinha, sentándose también Ansu Fati. Incluso Piqué tuvo minutos que Kounde cogiera oxígeno. El central, por cierto, se llevó una fuerte pitada en su entrada al campo, que la Grada d’Animació convirtió en aplausos al grito de ‘Piqué, Piquenbauer’.
Fue un poco de picante para un final de partido sin emoción en el marcador. También Xavi tuvo su ración de cánticos. La afición quiere al míster y su margen de confianza aún es amplio.
/Sport
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