Los diez minutos de desatenciones defensiva y la escasa efectividad del ataque, los argumentos del seleccionador, tras el empate 1-1 de la Argentina en el estreno con Chile, en Río de Janeiro
Del festejo agitando el brazo derecho, después del imponente tiro libre que ejecutó Lionel Messi para abrir el marcador, a la búsqueda de argumentos para ofrecer las razones del empate 1-1 de la Argentina ante Chile en el estreno de la selección en la Copa América 2021. Lionel Scaloni ensaya demostraciones de la superioridad futbolística que el equipo ejerció en el primer tiempo, de las situaciones de riesgo que generadas y dilapidadas y también acepta que las desatenciones son un mal por el que se paga un elevado precio. Lo sufrió en el debut en Río de Janeiro, pero también en Santiago del Estero y en Barranquilla, frente a la Roja y a Colombia, por las eliminatorias clasificatorias para el Mundial de Qatar 2022.
No se escucha ni se observa inquietud en Scaloni, aunque entiende que la ecuación entre lo que produce y el resultado no es favorable y que los adversarios explotan las repetidas fallas de la Argentina para lastimar con escaso esfuerzo. “Hubo 10 o 12 minutos del segundo tiempo con desajustes y Chile consiguió el penal. A partir de ahí se hizo cuesta arriba, pero creamos un montón de situaciones y merecimos ganar. Esto sigue y tenemos esos 10 minutos para corregir. Fueron dos jugadas puntuales”, analizó el pujatense, sobre el debut. La acción que derivó en la falta en el área de Nicolás Tagliafico sobre Arturo Vidal es un compendio de equivocaciones que experimentó el equipo en el retroceso: Martínez Quarta intentó cortar en la mitad de la cancha y quedó aislado; Leandro Paredes acompañó sin comprometerse; Nicolás Otamendi, a contrapié del pase de Erick Pulgar… En la desesperación por anular a Eduardo Vargas, Tagliafico remató contra el propio arco y Emiliano Martínez salvó, aunque en el rebote el defensor de Ajax derribó a Vidal. No fue la única vez que la Argentina quedó desacomodada, sin balance; hoy y en juegos anteriores.
Un juego de mayor a menor, de control absoluto a ceder la iniciativa. Un desarrollo que padeció por la falta de efectividad en el ataque. Porque la selección dispuso de media docena de oportunidades para anotar, pero Nicolás González y Lautaro Martínez estuvieron desenfocados. “Los goles van a llegar. Me preocuparía no generar las situaciones, pero el equipo genera, metemos varias veces a muchos jugadores en el área, preocupamos al rival y eso es lo importante. Ya van a entrar”, expone quien rompió el triángulo desequilibrante que armaron Tagliafico, González y Giovani Lo Celso y apostó sin resultados por nombres de la Vieja Guardia –Ángel Di María y Sergio Agüero- para destrabar el partido.
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