Gol y asistencia del colombiano en un partido en el que los ‘reds’ sufrieron
Da Luz lo tenía claro. Desde que tocó el primer balón, todo el estadio pitó a Luis Díaz. Su pasado portista le tatuó para siempre el cartel de enemigo del Benfica en su piel aunque ahora juegue en el Liverpool. La grada la tomó con un colombiano que estuvo cómodo en la adversidad. Se salió e iluminó el estadio Encarnado sumiendo en la oscuridad a sus antiguos rivales portugueses.
Díaz celebró con la rabia del dragón del Oporto el 1-3 que dio a los ‘reds’ medio pase a semifinales. Antes, había fabricado el 0-2 de Mané. Su fichaje invernal ha provocado un terremoto en Anfield. Ha desdibujado el tridente de Klopp convirtiéndose en un arma de destrucción masiva. Se ha mimetizado con el club como si hubiera nacido en Merseyside sumándose a la titánica misión del ‘póker’.
Las Águilas sacaron sus garras… pero fueron presa de Luis Díaz. El Benfica ha volado más alto de lo esperado en esta Liga de Campeones. Ser los verdugos del ‘Cruyffismo’, cargándose al Barcelona en los grupos y al Ajax en octavos, es de nota para un conjunto lisboeta bajo mínimos. Terceros en Liga, tuvieron que tirar de Veríssimo, técnico del filial, tras la salida de Jorge Jesus… y mejoraron.
Lucharon sin reservas ante un Liverpool notable en la primera mitad. Con Luis Díaz, Salah y Mané arriba -Jota, Henderson y Matip descansaron de inicio pensando en el Etihad y en el punto que les separa del City- plasmaron su enorme superioridad en goles por la vía lateral.
Alexander-Arnold y Robertson son un peligro. Al entrenador rival le preocupa en la misma proporción el tridente que los carrileros ‘reds’. Salah no concretó los dos mano a mano que tuvo con Vlachodimos como sí hicieron los dos laterales visitantes.
Robertson puso un caramelo desde el córner que Konaté cabeceó a la red. Fue la decimocuarta asistencia para el escocés. Alexander-Arnold no aumentó sus 17 regalos pero sí dibujó un envío teledirigido que dejó a Díaz solo para que asistiera a Mané en el 0-2. Una delicia de ‘TAT’.
La batalla de Darwin
El Liverpool vio tan claro el triunfo que bajó el ritmo y sufrió. Sólo saben vivir a mil por hora. Da Luz necesitaba un resquicio para ilusionarse y por él entró Darwin Núñez. El delantero incordió a Van Dijk toda la noche y apretó sin límites esperando un fallo que llegó. Un centro de Rafa Silva se lo comió Konaté haciendo el uruguayo el 1-2. Sus 28 goles demuestran que es un ‘9’ a tener en cuenta dentro de la generación de arietes que lideran Haaland y Vlahovic.
Everton rozó el empate y Darwin pidió un penalti que Gil Manzano no consideró tras ponerle la mano Van Dijk en su recorte. El Benfica miraba con ilusión a Anfield… pero Luis Díaz les amargó. Se desmarcó y regateó a Vlachodimos firmando el 1-3. Un golpe letal. De ‘semis’.
/Marca
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